Supongo que está muy satisfecho con la victoria conseguida el domingo en el Mirador do Ézaro.
Sí. Fue una victoria merecida. Hicimos una gran carrera todo el equipo. Mejor imposible, es el primer triunfo de la temporada y ha llegado en la carrera más importante que hemos corrido hasta ahora. Además, conseguimos también el título en categoría sub-23, mejor no podía salir.
El Rías Baixas supo controlar la carrera.
Estuvimos atentos a las escapadas, metiendo gente delante para que hiciera de puente. La intención era llegar con el mayor número de gente posible a pie de puerto porque allí era donde se iba a decidir la carrera. Hubo una escapada a falta de 40 kilómetros y tuvimos que echarla abajo y rematar nosotros. Fue el único momento en el que vimos un poco de peligro, en el resto estuvo bastante controlada.
¿El triunfo sabe mejor por haberlo conseguido en un escenario tan espectacular como O Ézaro?
La verdad es que sí. Mira que tenemos montes en Galicia, pero como O Ézaro ninguno. Es un puerto muy corto, pero muy intenso. Tiene alguna rampa del 19%. Además, nunca he ganado una carrera con final en alto, siempre quedaba segundo o tercero. Para mí es un orgullo.
¿Qué sintió cuando cruzó la línea de meta?
Se me caían las lágrimas. Yo pensaba que podía estar en el podio, pero ganar era complicado. Gané por apenas dos metros y no me lo creía. Además, fue en O Ézaro y llevaba cuatro años sin ser campeón gallego de fondo. Fue la primera victoria de la temporada para el equipo, la primera grande que consiguen, y la emoción fue más por ellos que por mí.
Supongo que cuando fichó por el Rías Baixas buscaba un bloque sólido para luchar por estos objetivos.
En el Froiz estuve durante cuatro años y quería cambiar ya de aires. Echaba un poco de menos más motivación, nuevos retos y oportunidades. Apareció esta opción, me dieron mucha confianza e intento devolverla con resultados. Hasta ahora no los había conseguido y espero poder seguir haciéndolo.
¿Dar el salto al profesionalismo es su principal objetivo?
Sí, pero todos somos conscientes de que la cosa está complicada. Mi ilusión es esa, llevo varios años buscándolo. Y si no es la próxima temporada, será otra. Tampoco me obsesiona. Intentaré hacerlo lo mejor posible para lograrlo.
En tiempos mejores para el ciclismo, un corredor como usted, con 14 títulos gallegos, seguro que ya llevaría años en el pelotón profesional.
Y con muchos menos títulos también. Pero me ha cuadrado la época mala y es algo contra lo que no puedes luchar. Esperemos que la situación cambie y que algún día pueda tener alguna oportunidad.
Se echa de menos al Xacobeo…
La desaparición del Xacobeo en 2010 fue el mayor palo que se llevó el ciclismo gallego. Era un referente para la cantera. De mi generación, mucha gente lo ha dejado al ver que no había expectativas. Éramos unas diez o quince personas que andábamos mucho y hoy solo quedamos dos.
¿Cree que a sus 26 años está en el mejor momento de su carrera?
Eso nunca se sabe. Tuve buenos momentos y también malos momentos. Mi mejor temporada fue en 2009, cuando gané el Campeonato de España y corrí el Mundial. Como ese año no tuve ninguno. No sabemos si lo mejor ya pasó o puede venir aún. Creo que aún hay mucha guerra que dar, que no está todo dicho, pero nunca se sabe, puede venir una lesión grave y acabar con mi carrera.
¿Cómo es su relación con Marcos Serrano?
Bastante buena. Es el primer año que él está como director en esta categoría y yo llevo desde 2007. Entre lo que yo conozco y su veteranía como exciclista profesional, aunque en esta categoría se corra de otra manera, intentamos enseñarles a los jóvenes. Es un director bastante abierto y dialogante.
El presidente de su club, José Luis Chamorro, sueña con que el Rías Baixas dé el salto al profesionalismo en un futuro y se convierta en el referente dentro del ciclismo gallego. ¿Lo ve posible?
Chamorro, cuando creo el equipo, dijo que el objetivo era ir paso a paso e intentar lograr ese objetivo. La intención es esa y la ilusión la tiene. Lo está intentando y creo que lo va a conseguir. A lo mejor en un año o dos no lo logra, pero quizás en tres o cuatro, sí.
Supongo que a usted le gustaría ser profesional en un equipo de su tierra.
Sería cumplir un sueño, dar el salto en un equipo de aquí. Lo veo posible. Quizás no es una opción a corto plazo, pero puede que en tres años se haga realidad.
Está en un equipo repleto de juventud. ¿Están evolucionando sus compañeros?
El grupo es muy joven, pero tienen mucha ilusión y trabajan muy bien. Además, hay mucho compañerismo, que quizás era lo que se echaba en falta en otros sitios. Dan la vida unos por otros. El ciclismo es un deporte de equipo y eso es fundamental. La victoria del domingo fue un justo premio al trabajo de todo el equipo. Yo rematé, pero solo no lo hubiera hecho. Es un grupo muy compacto y muy sólido. A veces es complicado ver eso porque hay rivalidad entre los compañeros de equipo. La unidad es la base del éxito.