«Empezar así da gusto», explica Zurita que, sin embargo, es ambicioso y reconoce que le hubiera gustado lograr la victoria en la segunda etapa de este domingo -fue segundo por detrás italiano Giuliano Kamberaj, pero le valió para llevarse la general-: «Te queda esa cosilla de no levantar los brazos en meta. Me vi ganador y me pasó a falta de 50 metros».
El palmarés de Francesc Zurita está salpicado de éxitos. 2015 fue la temporada de su explosión definitiva y la que le valió para dar el salto al profesionalismo, concretamente con el equipo austriaco Vorarlberg. En su gran último año en el campo amateur logró nueve triunfos y la ya mencionada quinta plaza en el Campeonato de España que se disputó en Cáceres. El ciclista catalán recuerda con especial cariño esta carrera en la que pudo luchar mano a mano con uno de sus ídolos. «Es mi mayor satisfacción personal, es el resultado al que le tengo más cariño. Verme con Valverde a 200 metros, ver la meta y verle a él, al que llevas siguiendo toda tu vida, fue una experiencia increíble», dice un Zurita que venera a Alejandro Valverde: «Tiene algo especial, tiene eso que no se entrena, instinto ganador».
Precisamente el corredor murciano es uno de los espejos en los que se mira Zurita, que no quiere ser catalogado como un esprinter a pesar de su indudable punta de velocidad: «Paso muy bien la media montaña y donde me siento mejor es en esas llegadas en las que la carretera pica para arriba».
Para el Club Ciclista Rías Baixas, que renovó casi por completo su plantilla esta temporada, es un lujo contar con un ciclista de la categoría de Zurita, que lidera al equipo junto a David Galarreta, el otro ciclista que ha llegado procedente del pelotón profesional. La etapa de Zurita con el Vorarlberg le permitió disputar carreras importantes del calendario francés y viajar por todo el continente e incluso China. En su primer año en el equipo austriaco, en 2016, obtuvo buenos resultados, entre los que destaca el segundo puesto obtenido en el Tour de Bohemia de la República Checa. En 2017, por desgracia, una rotura de clavícula complicó su temporada y su rendimiento decayó.
Su, de momento, corta experiencia en el Rías Baixas está siendo satisfactoria. «En esta primera carrera se ha demostrado que existe buen feeling. Supimos trabajar conjuntamente, lo que es muy importante, ya que el ciclismo es un deporte de equipo. Además, estoy contento con el trato que nos dan la directiva y los técnicos. Nos cuidan y ven por el ciclista, que es lo más importante, te tienes que sentir cómodo», explica el ciclista catalán, que espera que la entidad miñorana siga creciendo y consiga llegar a ser un equipo profesional, como lleva tiempo intentando su presidente José Luis Chamorro.
Francesc Zurita tuvo que emigrar para lograr ser profesional en un deporte que en España no pasa por su mejor momento al contar con muy pocos equipos en la élite. Él, sin embargo, cree que tiene hueco y asegura que «en el pelotón español hay algunas opciones, pero a mí no me han dado la oportunidad». Sea o en España o de nuevo en el extranjero, su objetivo irrenunciable para la próxima campaña es regresar al campo profesional. «Yo ya he estado ahí y demostré que puedo estar corriendo y compitiendo con los mejores ciclistas», dice Zurita que se marca como meta para 2018 «estar en un equipo Continental o incluso WorldTour».