El Pahíño de Navia decidirá cuál será uno de los dos equipos que asciendan a Primera División. El Oiartzun, tras el resultado de la ida, parte con ventaja, pero El Olivo está muy vivo. Ya sabe lo que es remontar en casa un 2-1 adverso, ya lo hizo en la anterior eliminatoria ante el Femarguín. Ahora, David Ferreiro y sus pupilas esperan que se repita la historia, aunque saben que tendrán que jugar con mucha más cabeza fría que en la vuelta de la anterior ronda.
«El fútbol puede ser justo, pero a veces también es injusto y se puede decidir un ascenso en los pequeños detalles, por lo que tenemos que estar muy atentos. Contra el Femarguín, no supimos dominar el partido cuando nos pusimos por delante. Eso lo tenemos que mejorar», explica Ferreiro.
En el encuentro de la ida las jugadoras viguesas ya sufrieron de primera mano la potencia del Oiartzun, que pudo sentenciar la eliminatoria en la primera parte. «Hubo unos 15 minutos en los que nos quitaron el balón y nos marcaron los dos goles. Nos hicieron mucho daño con los centros laterales y las jugadas a balón parado. Tras el descanso mejorarmos, recuperamos el balón, y el gol de Ceci nos ha dado mucha vida», admite el entrenador del conjunto olívico, que basándose en esa experiencia tiene muy claras cuáles serán las claves para este encuentro de vuelta: «Saldremos al campo sin especular, con la intención de tener la pelota, jugando al 100%. Ellas, con el resultado a favor, estarán atrás e intentarán aprovecharse de algunos balones directos».
Ferreiro podrá contar con todas sus jugadoras, con la excepción de Loreto, militar profesional, que no puede estar en esta cita tan importante ya que se encuentra de maniobras en Zaragoza.
El público, que se espera que abarrote el Pahíño de Navia este domingo, será un factor clave. «La gente animando desde la grada nos va a ayudar mucho», admite Ferreiro, que espera devolver a El Olivo a la máxima categoría tres años después.