El conjunto entrenado por Patxi Salinas se vio sorprendido inicialmente por un rival muy efectivo y pragmático. Con un Baltasar Pujales volcado con los jugadores, los locales intentaron dominar el encuentro desde el principio, pero el cuadro catalán no se lo permitió. Aunque quizás el Rápido dominaba la posesión, las ocasiones más claras fueron para los visitantes, que explotaron al máximo sus individualidades.
El primer disparo a puerta de los olívicos fue tímido. Llegó tras un córner a los 12 minutos, con un disparo lejano que se marchó muy alto. Mientras, el Peralada forzaba a Diego a lucirse al cuarto de hora de juego con un fuerte tiro desde el borde del área. Esa era la prueba del fruto que daba a unos y a otros la posesión de la pelota.
Corominas, un futbolista que perfectamente podría militar en Segunda B, fue el hombre más destacado de los gerundenses. En el minuto 26 avisó al mandar fuera por poco un centro desde la derecha que remató casi a placer dentro del área.
Y sólo cinco minutos después protagonizó una de sus múltiples internadas por la banda izquierda, que acabaría de manera desafortunada para el Rápido. El catalán disparó cruzado de forma defectuosa pero la defensa viguesa intentó despejar ante la presión rival. Con tan mala suerte que Vieites y Coti no se entendieron y al pegarle al balón acabaron metiendo la pelota en su propia portería.
?? Chega o primeiro tanto do @CFPeralada nunha xogada desafortunada do @RapidodeBouzas (0-1) https://t.co/A4udjn9p1S pic.twitter.com/xWPrt512tW
— TVG (@TVGalicia) 18 de junio de 2017
El gol fue un mazazo para los boucenses, que necesitaban refrescar sus ideas. Justo antes de acabar la primera parte, llegó una de las jugadas polémicas del encuentro, una posible mano dentro del área del Peralada que el árbitro no señaló como penalti.
El paso por vestuarios se notó y los de Patxi Salinas salieron con otra mentalidad en la segunda mitad, con el objetivo de marcar entre ceja y ceja. En los seis primeros minutos ya gozaron de varias ocasiones y acecharon el arco rival.
Y poco después, Pablo Carnero casi sorprende al portero visitante con una volea desde fuera del área que obligó al meta a estirarse y despejar de manera acrobática para evitar un auténtico golazo.
A pesar de no ser un partido excesivamente tenso, el árbitro no dudó en sancionar las faltas más peligrosas con tarjeta amarilla. Hasta tal punto que en el minuto 57 Adrián vio ya la segunda de manera rigurosa y el Rápido se quedó con un jugador menos.
De esta manera, las esperanzas locales recibieron otro duro golpe, pero los futbolistas siguieron peleando, aunque sin fruto. Conseguían llegar a los dominios de su oponente pero no creaban oportunidades claras. La situación fue aprovechada por los gerundenses, que se centraron en los contragolpes. En uno de ellos, en el minuto 64, gozaron de una doble ocasión que desbarató Diego de forma brillante.
A partir de ahí, la única oportunidad peligrosa la tuvo Pardavila, que en la recta final del partido no consiguió disparar entre los tres palos a pesar de tirar a puerta a placer. Con todo, el equipo vigués se quitaría el sabor de boca amargo cuando, esta vez sí, el colegiado pitó una mano dentro del área del Peralada.
El penalti lo transformó con mucha tranquilidad Carlos Pereira, que anotó así un empate que cambia mucho la situación para el conjunto boucense, que incluso gozó de una ocasión más en el descuento para hacer el 2-1.
Así, el Rápido, apelando al orgullo, cosechó un resultado que le obliga a ganar igualmente el próximo fin de semana, pero que le permitiría ascender si logra un empate a dos goles o más.
?? GOOOOOOOOL!!! Chega o empate do @RapidodeBouzas!! Estamos xa no min. 89 https://t.co/0X1NL3zEYU pic.twitter.com/2sPlO7rzDJ
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