La selección española de fútbol no vive su mejor momento a pesar de haber conseguido el pase a los octavos de final de la Eurocopa tras su goleada por 0-5 frente a Eslovaquia.
La cómoda victoria vuelve a situar al equipo español como una de las candidatas a la victoria final, según casas de apuestas como Inkabet. Pero no todo es de color de rosa; a España le sigue faltando gol —lo evidenció en los dos primeros partidos— y con poco le crean mucho peligro. Necesita contundencia en las dos áreas.
Iago Aspas como solución
El jugador del Celta, Iago Aspas se quedó fuera de la lista de Luis Enrique para la Eurocopa. Era algo que se intuía, ya que el seleccionador no ha contado con el de Moaña en toda la temporada. Y eso que Aspas ha vuelto a hacer una temporada brillante. Sus números le avalan: 14 goles en liga y 13 asistencias.
Aspas es un jugador con una gran inteligencia. Siempre detecta el lugar en el que puede hacer más daño al rival, una cualidad a la que une su desborde y su descaro. Y en esta selección no sobran jugadores que sean capaces de generar ventajas en el uno contra uno.
¿Significa esto que la selección sería otra con el delantero celtiña en el equipo? No exactamente. Seguro que habría contribuido aportando unos registros que no tiene el equipo, pero habría que ver cuántos minutos y qué papel le habría dado Luis Enrique. Además, un único jugador no suele ser suficiente para cambiar la tendencia de un equipo, especialmente, en uno con un modelo de juego tan acusado como el de España. Otro factor a considerar es la importancia del jugador dentro del grupo; Aspas no tiene la misma consideración en su equipo, donde es la referencia absoluta, el líder y el jugador franquicia, que en la selección, donde tiene mucho menos protagonismo.
Aun así, Iago Aspas ha sido, junto con Navas y Sergio Ramos, el futbolista cuya exclusión de la convocatoria generó más polémica. El delantero gallego podría haber sido un gran argumento ofensivo en una selección que, por momentos, peca de falta de verticalidad.
El caso Brais Méndez
La llamada a Brais Méndez cuando se conoció el positivo por COVID-19 de Sergio Busquets antes del comienzo de la Eurocopa resultó ser una sorpresa mayúscula. En primer lugar, porque el de Mos ocupa una demarcación bastante distinta a la que ocupa el barcelonista. Busi es un mediocentro defensivo posicional puro, un ancla que une defensa y centro del campo. Brais, por su parte, es un mediapunta de talento, uno de esos volantes que tanto se ven en los equipos que juegan con un 1-4-3-3, un tipo con una zurda cargada de veneno que aporta goles y un buen caudal ofensivo.
Uno de los motivos puede ser que Luis Enrique pensase ocupar el mediocentro con otros jugadores ya convocados —aparte de Rodrigo, su sustituto natural— como Thiago o Marcos Llorente, lo que sí podría darle sentido a la llamada de Brais. Lo sorprendente en ese caso es que al buscar un perfil más ofensivo no haya llamado a Canales en lugar de al jugador celeste. Ya no porque el bético sea mejor o peor jugador que Brais, sino porque Canales había sido un fijo de las últimas convocatorias de Luis Enrique, llegando a ser, incluso, titular en más de un partido importante.
Tras la buena disposición de Brais, resulta curioso que el seleccionador no haya tenido el detalle de incluirlo en la lista final, ya que, como todos saben, España ha convocado solo a 24 jugadores, a pesar de que los equipos podían presentar listas de hasta 26 futbolistas.