Acaba contrato. ¿Ya ha decidido dónde jugará?
Todavía es pronto. Mi representante está en ello. Sí que es cierto que han llamado de varios clubes, tanto de España como de fuera. Pero bueno, quiero pensarlo bien, tomarme mi tiempo para descansar. Lo lleva mi agente, sé que ha habido llamadas, pero todavía no he tomado ninguna decisión ni he pensado demasiado en ello. Me he centrado en acabar bien la temporada, que es lo que he hecho.
¿Contempla la opción de seguir en el Lugo?
Sí, no descarto nada. En el Lugo ha habido un cambio de dueño, de director deportivo y de entrenador. Tendrán que tomar sus decisiones respecto a la plantilla. Si están interesados, valoraremos la opción.
Al nuevo director deportivo, Toni Otero, lo conoce bastante bien.
Obviamente. Ha hecho un gran trabajo en Vigo y es una persona muy preparada. Tiene experiencia y ha conseguido grandes cosas en la cantera del Celta. Si ha tomado la decisión de irse, es porque piensa que hay un proyecto serio detrás y tiene la ambición de lograr grandes metas.
¿Se ha interesado algún equipo de Primera en usted?
Prefiero no entrar en ese tipo de cosas. Sé que hay contactos con algunos equipos, pero por ahora no puedo decir mucho más. Quiero descansar y desconectar y más tarde valorar las cosas, ver de forma más completa cuáles son las opciones y tomar decisiones. Lo que pretendo es seguir dando pasos hacia adelante en mi carrera.
Supongo que esta experiencia en el Lugo ha sido plenamente satisfactoria.
Totalmente. He jugado prácticamente todo a buen nivel. He encontrado un entrenador que me ha dado mucha confianza. Su estilo se adaptaba a mis características. Eso ha facilitado mi adaptación, ha hecho que me encontrara cómodo y que tuviera minutos, que era para lo que había ido. En ese sentido, ha salido todo bien y estoy muy agradecido tanto al club como al míster por toda la confianza que me dieron. Esa confianza pudo traducirse en tiempo de juego y en rendimiento, que era lo que quería.
Quique Setién ha puesto fin a su etapa como entrenador en el Lugo. Y se marcha dejando el listón muy alto.
Yo fui al Lugo porque Quique me demostró su confianza. Me conocía muy bien y quería que fuera a jugar para él. Me decidí y ha sido una experiencia muy buena tanto en lo personal como en lo profesional. Es un entrenador con muchísima personalidad. La personalidad no se demuestra pegando gritos o hablando más alto, sino defendiendo una idea de lo que quieres hacer y llevándola hasta el final con todas las consecuencias. Él tiene una forma de entender el juego determinada y va con ella a muerte. A los jugadores nos hace ver de forma muy sencilla lo que él espera de nosotros. No es de esos entrenadores que cuando la situación va mal cambia de idea. Él la defiende hasta el final y todos los jugadores sabemos lo que tenemos que hacer en el campo. Hay muy pocos equipos que tengan tan claro a lo que juegan como los de Quique. Él ahora ha decidido cambiar de aires y ofertas no le van a faltar.
Ha vivido un final de temporada muy extraño con ese partido ante el Girona en el que le han llovido reproches al Lugo por querer competir a pesar de no jugarse nada.
Fue un poco extraño. Nosotros nos debemos a un club, que es el que nos paga y para el que tenemos que jugar. Evidentemente, cuando uno no se juega nada, en el sentido de que no estábamos peleando por ascender ni por evitar el descenso, y el otro la vida, lo habitual es que el que se juega la vida gane, simplemente por necesidad. En este caso, nosotros lo hicimos lo mejor que pudimos. Fuimos capaces de llevarnos un punto y también hubiésemos querido llevarnos los tres. Ellos tuvieron ocasiones en la primera parte y no las marcaron. El segundo tiempo fue nuestro. Marcamos en el 91, pero pudimos haber empatado antes. En Vigo viví la situación de jugártelo todo en las últimas jornadas y es una faena total. Entiendo que estén destrozados, pero tienen que estarlo con ellos mismos, por no haber hecho su trabajo como debían. Nosotros lo que hicimos fue hacerlo lo mejor posible por nuestros aficionados. El míster se despedía después de un ciclo importante y había jugadores como yo que acabábamos contrato y teníamos cosas importantes por las que jugar.
Es comprensible la frustración de los jugadores y de la afición del Girona, pero ustedes no eran los culpables.
Evidentemente. Recuerdo un partido con el Celta contra el Nástic en la penúltima jornada en el año del ascenso. Íbamos ganando 0-2 al descanso y al principio de la segunda parte nos marcaron el 1-2 y en los últimos 30 minutos nosotros no dábamos ni dos pases seguidos, nos temblaban las piernas. Al final, ganamos con mucha fortuna y la semana siguiente subimos contra el Córdoba. Son momentos muy complicados, en los que es difícil jugar. Lo entiendo. El palo que se han tenido que llevar es tremendo, estaban ante la oportunidad de sus vidas. Lo comprendo, pero somos profesionales, algunos jugadores terminamos contrato, tenemos que buscarnos la vida, defender al club que nos ha pagado religiosamente durante toda la temporada y hacer nuestro trabajo. Somos responsables de nuestros propios resultados, cada uno de los suyos, no de los de los demás. A nosotros nos da igual que suba Girona, Sporting o Betis. Nosotros nos limitamos a hacer nuestro trabajo. Nos hemos visto en una situación un poquito desagradable, pero jugamos como debíamos, dándolo todo. Los partidos se juegan para ganar.
Y después del partido les tocó esperar más dos horas para salir del estadio.
Fue muy desagradable. Había mucha Policía y estuvimos encerrados en el vestuario dos horas y media. Es una situación que nunca había vivido. Fue una última jornada un poco más movida de lo que esperábamos. No hay que darle más importancia a esos detalles, pero vivimos un rato complicado porque hubo invasión de campo y nos tuvimos que meter corriendo en los vestuarios. Luego hubo que jugar 40 segundos más, cuando la seguridad no estaba demasiado garantizada. Son situaciones incómodas, pero nosotros hicimos lo que teníamos que hacer. Ojalá lo hubiéramos hecho diez minutos antes y tener opciones de ganar el partido.
Cambiando a un tema mucho más agradable. Supongo que ha estado atento a la temporada que ha completado el Celta. ¿Qué opinión le merece el rendimiento de sus excompañeros?
Lo han hecho muy bien. Han tenido una propuesta de juego muy atrevida y un estilo muy definido. Un poco diferente al nuestro, pero siempre está bien ver a un equipo que tiene una idea clara de lo que quiere hacer. Habla muy bien del trabajo de los técnicos y de los jugadores, que han dado muy buen rendimiento. La lástima es que al final no se hubiera logrado el objetivo de entrar en competición europea.
Supongo que feliz por el hecho de que un amigo suyo, Sergio Álvarez, sea elegido el portero revelación de Primera División.
Por su puesto que sí. Los que conocemos a Sergio sabemos que se merece llevarse todo eso y más. Siempre es el primero en llegar y el último en irse, un ejemplo a la hora de trabajar. Le ha llegado la oportunidad y la ha aprovechado. Ha estado sensacional. Lo mejor que puedo decir de él es que a mí no me sorprende para nada.