Miguel Fernández Castañón y José Julián Becerro, del Club Fluvial O Barco, reeditaron el título de ganadores del Descenso Internacional del Miño. Fueron los primeros en entrar en la línea de llegada en el K-2 tras superar con claridad a todos sus adversarios. Ambos también conquistan el privilegio de inscribir sus nombres en la edición número cincuenta. En la prueba participaron casi 600 palistas y volvió a dejar imágenes para la historia. La competición se desarrolló bajo un estricto protocolo sanitario.
Eran los favoritos y cumplieron con el pronóstico. Están clasificados para el Campeonato del Mundo de Maratón que se disputará dentro de unas semanas en Rumanía. Es clara demostración del estado de forma de Miguel Fernández Castañón y José Julián Becerro. Impusieron su ritmo desde casi el inicio, sortearon con calidad las zonas más problemáticas y técnicas. Todo esto les permitió llegar en solitario a la línea de llegada con un tiempo de 55.39. Nada pudieron hacer Rubén Millán y David Da Rocha, del Kayak Tudense, que a pesar de imponer un fuerte y exigente ritmo tuvieron que conformarse con la segunda posición. Los terceros fueron Pablo García y Alejandro Tranchero, del Club Naval de Pontevedra. Estos fueron los tres primeros en K-2 y Miguel Fernández Castañón y José Julián Becerro fueron los ganadores absolutos del Descenso del Miño.
En la categoría K-2 femenina, Tania Fernández y Carmen Villares, ambas del Kayak Tudense, fueron las ganadoras con gran solvencia. Dominaron la prueba sin mucho margen de error. Lucía Valiña y Lucía Sotelo, también del Kayak Tudense, ocuparon la segunda posición. Noelia Moledo y María Rodríguez, del Ría de Aldán, finalizaron terceras.
Tono Campos y Diego Romero fueron los ganadores en C-2. Ambos partían como favoritos en su categoría y lo demostraron. Además, los dos acumulan una gran trayectoria deportiva en los últimos años, con varios títulos europeos y mundiales. En las categorías individuales, Iván Alonso, del Club Piragüismo Olívico, fue el ganador en K-1. El tudense tuvo que superar la presión de Manuel Garaycoechea, del Club de Regatas de Uruguay, que fue segundo. La diferencia entre ambos fue de milésimas de segundo. En la lucha también estuvo Adrián Prada, del Club Piragüismo Pontillón, que terminó tercero.
Por su parte, Tania Yates, del Breogán de O Grove en K-1 femenina, mientras Fernando Busto fue el mejor en C-1. Nico Barreiro, del Club Piragüismo Aranjuez fue el triunfador en individual.
En el Descenso Internacional del Miño participaron 44 clubes. El Kayak Tudense fue el primero en la clasificación general. Después se clasificaron la Escuela de Piragüismo Ciudad de Pontevedra, el Club Naval de Pontevedra, Club Piragüismo Illa de Arousa y Kayak Tudense. Los organizadores, el club tudense, ya comenzó a diseñar lo que será la edición número 51 en el mes de agosto del próximo año.
Descenso popular
El Descenso Popular del Miño también cumplió diez años. Fue esta una edición especial marcada por los exigentes protocolos sanitarios. A la cita acudieron 400 personas, que fueron las autorizadas. El cupo se cerró hace varias semanas. El punto de concentración fue el habitual en la Ribera de Caldelas. Se suprimió la tradicional romería, pero no se perdió el ambiente festivo. De eso se trata, dicen en el Kayak Tudense, el club organizador.
Esta prueba, que no tiene carácter competitivo, adquirió una nueva dimensión cuando fue declarada como Fiesta de Interés Turístico Nacional. A esta cita acuden personas de diversos lugares de España y también de Portugal. Por lo tanto ya es una referencia, a pesar de las restricciones por la pandemia. Con un recorrido que no llega a los siete kilómetros, la salida es en la Ribera de Caldelas. De allí parten todos juntos hacia las inmediaciones de las instalaciones del Club Kayak Tudense. La hora de llegada ya es otra cosa.
Cada grupo familiar o de amigos se toma el trayecto según sus intereses. El caudal del río invita a la relajación. Desde las piraguas se pueden ver imágenes espectaculares de Tui. Es algo a lo que están acostumbrados los componentes del club deportivo, pero muchos desconocen esa visión de la ciudad.
La mayor parte de los participantes se tomaron la travesía con humor. En muchos casos como una actividad familiar. Llegar era importante, pero no se le concede ningún mérito a ser primero o último. La cuestión era disfrutar. El Descenso Popular del Miño se ha consolidado como uno de los acontecimientos festivos, lúdicos y deportivos de los que se celebran en Galicia. Considerado como un emblema por parte del Kayak Tudense, la entidad anuncia que seguirá trabajando para mejorarlo. De momento hay que tener paciencia y esperar. 400 personas disfrutaron de una edición que también es emblemática.
Trabajo en equipo
Los componentes del Kayak Tudense, tanto palistas como entrenadores y directivos, se involucran de manera directa en la organización de los dos eventos. Por lo tanto, desde primera hora de la mañana un equipo de hombres y mujeres se esfuerza para tener todo a punto. En ese equipo también están incluidos los voluntarios. Es necesario el apoyo logístico del Ayuntamiento de Tui para que el acontecimiento se celebre con total éxito.
La seguridad
La seguridad es un elemento clave. Desde la organización se tiene establecido un mecanismo para garantizar el desarrollo de la prueba. La Comandancia Naval del Miño y la Asociación Deportiva Sin Amarras colaboran de manera efectiva y constante. Desde primera hora se encargan de revisar el trazado y también acompañan a los palistas en casi toda la prueba. El Kayak Tudense también dispone de lanchas a motor que son dirigidas por los componentes de la entidad.
Ilustres veteranos
Beatriz Manchón y Manolo Bustos acumulan 31 medallas en los Campeonatos del Mundo en que han participado. 16 de ellas las conquistó Beatriz. Sus presencias en el Descenso del Miño constituye un nuevo referente a la importancia de la prueba. Lograron la primera posición en K-2 mixto. Precisamente ambos fueron los que abrieron la puerta a constituir embarcaciones mixtas, hombre y mujer. Cuando otros les negaban su participación, en Tui siempre los acogieron con los brazos abiertos.
Ni frío ni calor
En los últimos años el Descenso del Miño ha vivido numerosas situaciones meteorológicas. En una reciente edición, el calor fue intenso. En otra la lluvia protagonizó una llegada espectacular, sobre todo para los espectadores. También el viento provocó alguna prueba especial. En la de este año se dieron todas las condiciones normales. Muchos participantes decían que «ni frío ni calor».