Las circunstancias actuales nos están obligando a estar en casa más de lo habitual, y más de lo que nos gustaría, lo que nos obliga a renunciar a algunas actividades que son importantes para nuestra condición física, como el deporte al aire libre, los entrenamientos o los gimnasios.
Pero nuevos tiempos requieren nuevas soluciones, y ser todo lo creativos que podamos, por eso vamos a hablar hoy de cómo entrenar nuestro cuerpo y nuestra mente en el lugar que ahora mismo tenemos disponible: nuestro hogar.
Evidentemente, no hay una fórmula igual para todo el mundo, dependerá del espacio que tengamos y del formato, de nuestra condición física o si tenemos lesiones, de nuestros gustos, etc. Pero seguro que podemos encontrar algunas actividades que se ajusten a nuestras características.
Planes de entrenamiento no faltan circulando por la red, algunos están hechos por profesionales y otros por usuarios que comparten su experiencia; los hay muy elaborados, y otros más sencillos, como el que compartimos con vosotros hace ya algún tiempo.
No será hoy el momento de analizarlos, ni de crear uno hecho a medida; pero sí nos gustaría comentar algunas precauciones y aspectos a tener en cuenta. Por un lado, es muy importante saber de qué condición física partimos, y no se trata sólo de si estamos más en forma o menos, sino si tenemos alguna patología o lesión que nos limite; en este aspecto, es ideal que un profesional de la salud nos oriente de cara a minimizar riesgos. Por otra parte, debemos iniciar la actividad física con prudencia, viendo cómo reacciona nuestro cuerpo y después de un meticuloso calentamiento, que debería subir las pulsaciones de forma paulatina e incluir unas rotaciones de las articulaciones.
Los ejercicios que trabajan el cardio pueden ser variados (comba, correr en el sitio…), pero siempre minimizando el impacto si no estamos muy acostumbrados para evitar dañar articulaciones y tendones (y no molestar excesivamente a los vecinos de debajo). Los musculares y de alta intensidad pueden ser muy efectivos (flexiones, sentadillas, etc.), pero es importante que sepamos cómo hacerlos de forma correcta. Es recomendable, también, realizar estiramientos en la fase final del entrenamiento.
Incorporar esta actividad física a nuestra estancia en casa puede tener diversas ventajas. Por un lado, nos ayudará a vigilar nuestro peso y a prevenir diversas patologías (diabetes, hipertensión, etc…); también es muy beneficioso a nivel emocional, ya que la liberación de endorfinas nos produce bienestar y reduce estrés; y, por supuesto, nos ayudará a despejarnos y entretenernos. Otra gran opción es realizar estos ejercicios en familia o en pareja, que lo hará más entretenido, e incorporar música motivadora. También es aconsejable acompañar esta iniciativa con una buena y sana alimentación.
Respecto de nuestra materia gris, ya habremos dado el primero paso, dado que, como reza la clásica cita, “Men sana in corpore sano”, lo que vendría a ser que si cuidamos nuestro cuerpo ya estamos actuando a favor del cuidado de nuestra mente. Pero hay más cosas que podemos hacer. Podemos aprovechar para adquirir nuevos conocimientos: comenzar a aprender un idioma (tenemos muchas opciones online a tal fin) o a tocar un instrumento, podemos releer algunos libros, retomar aquel que dejamos a medias o descubrir otros nuevos mediante internet.
También podemos ejercitar nuestra mente disfrutando o perfeccionando juegos nuevos o de los de siempre: podemos aprender las reglas de actividades como el póker o el ajedrez, que requieran cálculo y habilidad o hacer un clásico puzle, el archiconocido Sudoku o los crucigramas, entre otros. Aunque, tal vez, lo aconsejable sea ir variando en nuestra actividad, habrá días u horas en las que preferiremos descubrir cosas nuevas y otros en los que preferiremos refugiarnos en una buena lectura. Al final, todo es positivo si nos hace ejercitar la materia gris mientras nos divertimos.
La meditación es otra buena forma de trabajar nuestro cuerpo y mente, y muy útil para poder sobrellevar los días que no podemos disfrutar del aire libre. Buscar un rincón tranquilo y un momento en el que podamos tener algo de paz es una buena opción para empezar. Es interesante tener alguna guía para aproximarse al mundo de la meditación y, después, la práctica irá dando sus frutos (poco a poco, los resultados no son inmediatos). Esta práctica aúna beneficios para cuerpo y mente, así que tenemos, ahora, una buena ocasión para descubrirla.