Retos personales, ilusiones propias, un desafío y todo un mensaje. La expedición Compromiso por la Tierra tiene varios componentes y uno de ellos es rendir homenaje al duro suelo que pisaran las mujeres inmersas en el reto. «Concienciar al mundo sobre el calentamiento global y la urgente necesidad de reducir la temperatura del planeta». Sólo si se logra este objetivo, se garantizaría la permanencia en el tiempo de paisajes de enorme belleza como los que atravesarán las expedicionarias viguesas.
El desafío, a realizar en el mes de febrero, durante lo más duro del invierno, está dividido en dos etapas. La primera comenzó este jueves y la duración prevista es de siete días para cruzar el lago Inari, en Finlandia. Es la travesía más dura de las dos previstas con 130 kilómetros de recorrido. Si terminan en el plazo previsto, las expedicionarias harán un traslado hacia el país vecino de Suecia y afrontarán un nuevo reto, cruzar el lado de Torneträsk. En este caso serán 70 kilómetros los que afrontarán las deportistas y el plazo previsto es de cuatro días.
Las temperaturas a las que se afrentan Chus Lago y su equipo están por debajo de los diez grados bajo cero y pueden caer más. Además, está previsto que sufran fuertes vientos y deben dormir sobre el propio lago helado. La travesía la hacen sobre unos esquís y, enganchadas a ellas, tienen que arrastrar unos trineos de grandes dimensiones en los que llevan los enseres necesarios para la travesía. Lago es la cabeza visible de la expedición y también la única de las cuatro mujeres que tiene experiencia en este tipo de aventuras de carácter extremo. Estela Estévez, atleta que llego a ser olímpica en Barcelona, Verónica Romero y Silvia Rey nunca realizaron aventuras de este calibre.
«Los más parecido que hice, un raid de orientación»
Precisamente, Verónica Romero, una de las novatas en esta aventura precisa «entreno con Estela Estévez, que es de la misma generación que Chus Lago. Me lo propueso y para adelante». Una vez dado el sí, llegó lo duro, la preparación. «Llevamos ocho meses preparándolo. Un entreno totalmente diferente. Teníamos el fondo de correr y ahora metimos mucho gimnasio y sesiones de roller-esquí. Entrenaba habitualmente cinco días y ahora pasé a hacerlo siete. Es distinto y más duro», indicó la expedicionaria.
Romero, antes de partir, indicaba que las mayores dificultades serían «el frío extremo en un medio en el que no estamos acostumbradas. El frío y la posible ceguera por el reflejo del sol y el cielo. Para el resto creo que estamos preparadas». Y es que Verónica Romero reconoció que «nunca hice nada similar, la nieve la veía en plan ocio. Como mucho, hice algún que otro raid de orientación, que tiene de aventura, pero no tiene nada que ver con esto».