La violencia en el deporte ha cobrado una nueva y trágica víctima en Galicia. Andrés Rico, abuelo del árbitro de 15 años de un partido de balonmano en Sanxenxo, falleció el pasado 24 de febrero tras dos meses de lucha por sobrevivir a las lesiones sufridas durante una agresión ocurrida en diciembre de 2024. Este suceso ha generado una oleada de indignación en la comunidad deportiva, reacciones de rechazo de numerosas federaciones y un debate nacional sobre la violencia en los recintos deportivos.
Una agresión que marcó un antes y un después
El 15 de diciembre de 2024, Andrés asistía a un partido de balonmano de categoría base en Vilalonga, Sanxenxo, cuando un padre de una de las jugadoras perdió los estribos tras la señalización de un penalti. En medio de un altercado, el hombre empujó a Andrés, quien perdió el equilibrio y se golpeó en la cabeza contra el suelo. Desde entonces, Andrés permaneció hospitalizado hasta que su cuerpo no pudo resistir más, falleciendo el pasado 24 de febrero. Este hecho luctuoso no solo conmocionó a su familia y entorno sino a todo el deporte gallego trascendiendo mucho más allá del balonmano.
El presunto agresor está ahora bajo investigación por homicidio imprudente, según fuentes del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia . La jueza a cargo del caso ha recalificado los hechos, que inicialmente se trataban como un delito de lesiones, tras la muerte de la víctima.
Reacciones de las federaciones deportivas
La agresión y posterior fallecimiento de Andrés han provocado un rechazo unánime de las federaciones deportivas en Galicia y en el ámbito nacional. La Federación Galega de Balonmán ha emitido un comunicado condenando rotundamente lo ocurrido y declarando tres jornadas de luto en competiciones oficiales. Además, se comprometió a reforzar los protocolos de seguridad y a implementar campañas educativas sobre el respeto en el deporte. Sintetizando el sentir general en una emotiva carta abierta, donde destacó: «Sin respeto, el deporte pierde todo sentido». El documento también agradeció a la familia de Andrés por su fortaleza y unión durante este proceso, convirtiéndolos en un ejemplo de dignidad para la comunidad.
La Real Federación Española de Balonmano también se pronunció, lamentando el trágico desenlace y reafirmando su «tolerancia cero» hacia la violencia en cualquier competición. Como medida inmediata, anunció que todos los encuentros incluirán mensajes previos de concienciación dirigidos a los espectadores y controles adicionales para prevenir comportamientos agresivos.
Por su parte, la Federación Galega de Fútbol se sumó al rechazo con una carta abierta en la que manifestó su apoyo a la familia de Andrés y destacó la importancia de erradicar actitudes violentas en el deporte base. Entre sus medidas, figura la formación obligatoria para padres y tutores de jugadores en torneos formativos, centrada en el respeto y la convivencia.
Campañas de sensibilización
Desde las federaciones deportivas hasta los clubes locales, se han anunciado una serie de campañas de sensibilización dirigidas a jugadores, entrenadores y, especialmente, a los padres. Bajo lemas como «Respeta para educar» y «El deporte es convivencia», se busca reforzar los valores positivos asociados al deporte.
Además, varios clubes de balonmano en Galicia han organizado actos en homenaje a Andrés, como minutos de silencio y la colocación de brazaletes negros en todas las categorías formativas.
Medidas institucionales y legales
El caso también ha llevado a las instituciones a tomar cartas en el asunto. La Comisión Galega de Control contra a Violencia, organismo encargado de supervisar incidentes en recintos deportivos, está evaluando imponer una multa ejemplar al presunto agresor, que podría alcanzar los 650.000 euros. Además, se estudia su expulsión de cualquier recinto deportivo durante un periodo de cinco años.
Diego Calvo, conselleiro de Presidencia, Xustiza e Deportes, ha reiterado el compromiso de la Xunta de Galicia para combatir esta «lacra social» con medidas estrictas y coordinadas. «El deporte debe ser un espacio de aprendizaje, respeto y unión, no un escenario de violencia», declaró Calvo.
Un clamor por el cambio
La tragedia ha impulsado al Parlamento de Galicia a emitir una declaración institucional en la que se subraya la necesidad de actuar de manera conjunta contra la violencia en el deporte. Este manifiesto, que será leído en recintos deportivos de toda Galicia este fin de semana, busca convertir los espacios deportivos en entornos seguros y educativos para las generaciones futuras.
El fallecimiento de Andrés Rico no solo conmociona por la pérdida humana, sino que también obliga a una reflexión colectiva sobre cómo preservar los valores del deporte y garantizar la seguridad de todos los participantes. Desde Galicia, el mensaje es claro: la violencia no tiene cabida en el deporte, y casos como este no deben repetirse jamás.