«Fueron unos inicios difíciles, complicados». Es la frase que pronuncian Enrique Míguez y José Luis García, su actual presidente. Ambos asistieron a su fundación. Los dos recuerdan que el club nació tras separarse un grupo de deportistas del Club Náutico San Telmo. El dirigente desvela que «éramos muy pocos, pero con una ilusión enorme. Era otra época y los problemas muchos. Pero nadie nos podía quitar las ganas».
El nuevo club contaba a su favor con el río Miño, un escenario ideal para el piragüismo. Pero la carencia de infraestructuras de apoyo suponía un esfuerzo extraordinario. Julio Piña ofreció su colaboración. Les dejó un local para guardar las embarcaciones. Enrique Míguez desvela que «nos ayudó mucho durante los primeros años. Sin duda. El problema era que el local estaba situado a un kilómetro del río. Es decir, teníamos que llevar los barcos al hombro ida y vuelta. Pero lo hacíamos. Era como un entrenamiento extra».
El Kayak Tudense trató de crecer como podía. Impulsó la cantera y poco a poco se fueron logrando algunos objetivos. Competía en Galicia e inició su andadura por el resto de España. Eso sí, con la ilusión como bandera. Antes no había posibilidad de alojarse en hoteles y utilizaban una tienda de campaña. Y Enrique Míguez describe sus andanzas: «Nos fuimos a Palencia a participar en un campeonato. Se rompió la tienda de campaña. No pudimos arreglarla. El caso es no que había otra opción para dormir. Y nos apañamos como pudimos. Al día siguiente competimos. Eso era un mérito».
En el club todavía recuerdan la primera medalla lograda en un Campeonato de España. La conquistó José Manuel Jiménez en K-1 juvenil en el embalse de San Juan en Madrid. Y también tuvo anécdota. No era el favorito. Los responsables del club esperaban a sus palistas en la meta y no se apercibieron de la entrada del ganador, ya que estaban pendientes de los demás. Jiménez les sorprendió al decir que ya había acabado la prueba y que había sido el primero.
Bronce olímpico
Uno de los momentos claves de la historia del Kayak Tudense sucedió en 1984. Enrique Míguez, en compañía de Narciso Suárez, logran la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles. El palista reconoce que «permitió colocar al club en una situación diferente. Nos dio visibilidad y también reconocimiento. Comenzó otra época. Sin duda».
Abandonó la sede provisional que había logrado cerca del río, una casa que pertenecía al colectivo de Aduanas, y comenzó su expansión. Se construyó una sede, luego ampliada, y se trabajó con intensidad. Fue una época donde Eduardo Sousa y Julio Sousa resultaron decisivos con sus aportaciones, tanto a nivel directivo como técnico.
La relación de palistas ilustres que han pasado por el club en algún momento de su historia es extensa. José Manuel Jiménez, Tito Correa, Juan Carlos Lorenzo Pimentel, Aike González, Jovino González, Sonia Molanes, Marcos Míguez, Daniel Estévez, José Besada, Germán Gregores, Rodrigo Tebo, David Caride, Vicente Correa, David Costa o Daniel Costa son algunos de ellos. La mayor parte con experiencia internacional. Se deben sumar los actuales. Once fueron internacionales en 2014.
Los palistas del Kayak Tudense han logrado a lo largo de su historia una medalla olímpica y más de sesenta en campeonatos de Europa y del Mundo. Nueve títulos nacionales y multitud de regatas ganadas forman parte de su amplio palmarés. Pero la entidad también cuida la cantera. Noventa jóvenes forman parte de su estructura deportiva.
Enrique Míguez, que todavía compite en veteranos, desvela que «el piragüismo está consolidado en Tui. Eso es indudable. Tenemos que trabajar para seguir así en el futuro. Esa es nuestra ilusión». Como también el mantener como un símbolo el Descenso del Miño, la emblemática prueba en la que participan más de mil palistas y que se disputa en el mes de agosto.