El guión se cumplió para Franco y Dardo Balboa. Al menos en el resultado final. Los argentinos, que habían sido cuartos hace una semana en el Descenso del Sella, inspeccionaron el día anterior el río Miño. Pero no les sirvió de mucho. Cambiaron las condiciones. El caudal bajó y eso provocó que los deportistas tuvieran que estar más atentos.
Por primera vez en la historia del Descenso del Miño un componente del K-2 esperaba a su compañero en la embarcación. Fue una de las novedades. El que salió desde tierra tenía que sortear un gran desnivel. La salida fue limpia y los argentinos fueron capaces de coger la mejor posición a pesar de ocupar el puesto 25. Pronto dieron muestras de encontrarse en forma.
Se distanciaron en el liderato. Pero sus rivales apretaron. Tanto que Franco y Dardo Balboa decidieron esperar el gran grupo que les perseguía. Eso sucedió en el kilómetro 6 de los 17 que constaba la prueba. Pero un nuevo impulso les llevó a ser los líderes incontestables. Sin embargo, a esa superioridad contestaron Iván Alonso, gran conocedor de la regata, y Jaime Sobrado. Las dos embarcaciones se encaminaron hacia la meta. Superaron zonas estrechas y evitaron algunas situaciones de peligro.
Y fue en los últimos metros cuando se decidió el ganador. El debate deportivo se zanjó a favor de los dos hermanos argentinos, superiores a sus rivales por escaso margen. Fue una de las llegadas más igualadas de las últimas ediciones.
El Descenso del Miño coronó a los componentes del Club Ceppron, que de esa manera se resarcen también del mal sabor de boca que les dejó ser cuartos en el Descenso del Sella. Ambos continuarán en Tui para preparar el Mundial de Maratón que se disputará en China en el mes de octubre.
Manuel Garrido, en C-1, fue el otro de los ganadores de la jornada. Jenifer Casal, del Ciudad de Pontevedra, se impuso en la categoría femenina. Amaia Osaba y el argentino Manuel Goicoechea lograron el triunfo en K-1. En la categoría femenina, Carmen Villar y Miriam Vega, del Kayak Tudense, triunfaron en K-2. También José Luis Bouza y José Manuel Sánchez se impusieron en C-2.
En la clasificación por equipos, el Ciudad de Pontevedra logró la victoria con un amplio margen de puntos sobre sus rivales. El Náutico de Pontecesures fue segundo y el Kayak Tudense Axuda Paramos ocupó la tercera posición. Participaron palistas en representación de 31 clubes.
Descenso popular
La novena edición del Descenso Popular del Miño se convirtió en una fiesta ilusionante y desafiante para los más de 700 participantes. Organizado por el Kayak Tudense Axuda Paramos, el evento ya está entre los mejores de Galicia en este tipo de especialidad. Ya ha sido declarado de interés turístico gallego, un reconocimiento que también supone un impulso para el futuro.
La Ribera de Caldelas acogió una romería, también como es tradicional. Fue el principio de una regata lúdica, en la que familias enteras se aventuraron a disfrutar de los cinco kilómetros de recorrido hasta Tui. Alugnos lo afrontraron relajados, otros con el objetivo de llegar cuanto antes, pero nunca con la idea de abandonar.
Esta aventura, iniciada hace nueve años por el Kayak Tudense Axuda Paramos, ya está consolidada. «Cada año hay más personas en la Ribera de Caldelas», se escucha decir. Los participantes se disfrazan y casi todos visten la camiseta que regala la organización. Es como un ritual para todos los que disfrutan de la fiesta.
Se ha notado en este año la llegada de personas procentes de otros lugares de España y también de Portugal. Aunque el alquiler de piraguas terminó hace una semana, muchos no dudaron en utilizar las suyas propias para realizar el descenso. Algunas de ellas incluso eran bastante antiguas.
El Kayak Tudense Axuda Páramos contó con la ayuda de las insticuiones públicas y varias privadas para poder realizar este evento, que tuvo su continuación más tarde con la celebración de la prueba de competición. En la retina volverá a quedar la imagen del río Miño a su paso por Caldelas, lleno de colorido, embarcaciones y rostros también cargados de ilusión.