Años atrás Nadal donó una de sus raquetas para que fuera a parar a uno de los asistentes al campeonato y concedió una interesante entrevista en la que revivió con cariño su paso por Vigo. En esta edición del evento tenístico, el balear se ha sacado de la chistera un nuevo detalle: un vídeo enviado a los miembros del club en el que da su enhorabuena por haber alcanzado los 75 años de su torneo más prestigioso.
“Hola a todos, amigos del Club de Campo de Vigo”. Así empieza Nadal su alocución, con un saludo cómplice y afectuoso. El manacorí pasó en la ciudad una semana que le resultó inolvidable, tal y como relató hace seis años en la entrevista que publicó la revista oficial del torneo, que dio buena cuenta de la buena memoria del exnúmero 1 del mundo y de que aquel campeonato, en el que levantó su segundo título profesional, le marcó en cierto sentido. Él mismo confesó que esa victoria supuso “la confirmación” de que ganar “no era casualidad”. En el vídeo grabado desde Canadá, donde competía estos días en el Masters 1000 de Montreal, Nadal lo confirma: “Tengo un gran recuerdo del Club de Campo de Vigo”.
Con una sonrisa en la cara, el mallorquín prosigue con sus parabienes: “Quiero felicitaros por el 75º aniversario”, afirma, al tiempo que traslada sus mejores deseos para la presente edición, la más especial hasta la fecha. “Espero que el torneo sea un éxito de nuevo”, añade.
Rafa Nadal participó en el Torneo Internacional de Tenis en 2002, cuando llegó a Vigo de la mano del técnico Toni Colom, que este año volverá a pasar por la ciudad junto con el canario David Vega –quinto cabeza de serie- y el catalán Eduard Esteve. Se proclamó campeón apuntando maneras y demostrando que no sería un jugador cualquiera. Fue tras ganar en la final al argentino Antonio Pastorino en un partido duro que tuvo que suspenderse por falta de luz y se reanudó al día siguiente.
En su relato de lo que fue aquel agosto de 2002, el tenista español dejó anécdotas muy simpáticas que revelan como sus supersticiones o su humildad le han acompañado siempre. Recuerdos contados al detalle, como su afán por encontrar cangrejos en la playa para que le dieran suerte, su parada diaria en una tienda de golosinas o su debilidad por el pulpo.
Su forma de ser, tan natural, queda patente en el vídeo. “Un abrazo muy fuerte a todos”, concluye Nadal, que por gestos como éste cuenta desde siempre y para siempre con el cariño y la admiración del Club de Campo de Vigo.