Para hacerlo, el club vigués contó con la colaboración de la Once e incluso tuvo que hacer modificaciones en sus instalaciones de forma que se pudieran adaptar a las necesitades de su nuevo grupo de remeros. Tras hacerlo, inició la actividad con cinco participantes, una cifra que sorprendió al propio club vigués.
José Manuel Melón ‘Sony’ explica que «el club estaba casi desaparecido y lo retomamos hace dos años. Empezamos con siete niños y ahora ya tenemos más de 100. Con el tema de los invidentes lo comenzamos ya hace varios meses con el proyecto y tuvimos que adaptar el club según las recomendaciones de la Once porque, evidentemente, no estaba preparado».
El responsable de Virxe da Guía explica que «lo hicimos así porque como hay niños que son más altos y más pequeños, hay algunos que tienen esta peculiaridad y no existe motivo para que se queden sin remar. También nos vale para fomentar valores entre todos los deportistas y saber que es necesario tener un orden para que todos puedan desarrollar la actividad en el club. Por ejemplo, las puertas no se puden dejar entreabiertas, tienen que estar abiertas o cerradas. Con las pesas pasa lo mismo, tienen que estar siempre en su sitio. Se fomenta el compañerismo y que los remeros se ayuden enre ellos».
Sin embargo, la idea, la chispa que desencadenó la iniciativa, llegó porque «uno de los ejercicios que tenemos en la formación es remar con los ojos cerrados. Entonces, a partir de ahí vimos que también podría integrarse gente invidente», explica Sony. Añade que «en la actualidad creo que somos pioneros en esta idea. En el catálogo de deportes de la Once no aparece el remo y tampoco conocemos ninguna otra entidad que lo haga en España. Igual hasta somos los primeros en el planeta. Hay deportes como esquí para ciegos, pero no el remo y no hay motivos para ser más complicado».
Y, de esta forma, llegaron los particulares aprendices al club y «hasta el momento hicieron dos sesiones y la idea es que los participantes se terminen integrando en un equipo normal. No queremos hacer un equipo de invidentes, queremos que se integren en un barco», indica Sony. Ser uno más en Virxe da Guía y poder disputar regatas con compañeros de su edad con una visión perfecta, es el fin último. Para llegar a ello «la progresión dependerá de cada deportista. Desde la Once nos dejaron claro eso, que cada uno evoluciona de forma diferente y tiene más o menos habilidad. Al final es como los que pueden ver, uno igual está en dos meses en el mar y a otro le cuesta un año. En esto también irán progresando poco a poco y serán los que marquen el ritmo», explica el dirigente.
De esta forma, desde el club vigués «no nos ponemos plazos, porque crearlos crea ansiedad. Serán ellos los que marquen los pasos», indica Sony. Consiera que la idea era «comenzar con uno y ya son cinco las personas anotadas. La verdad es que tampoco tenemos más recursos en el club. Llevan dos sesiones y, hasta ahora, tienen que tomar contacto , hacerse con el medio donde están y se lo explicamos según las pautas dadas por la Once».
Uno de los retos de la entidad viguesa es su preparación porque «en el aspecto físico tenemos que adaptarnos, evidentemente no puden hacer carrera continua, pero sí bicicleta estática y será parte de la preparación». Eso sí, para evolucionar como remeros es fundamental que «contamos con un foso que será clave en su aprendizaje. Ya los subimos y serán donde aprendan a remar antes de poder salir al mar», indica Sony. Por lo visto en el vídeo, una de las participantes ya se maneja con cierta soltura. Parece que tiene prisa por respirar la brisa marina e impulsar un batel por las aguas de la Ría de Vigo.