En las soleadas playas de Patos, en Vigo, una inusual pareja ha llamado la atención a sus visitantes, los locales ya están acostumbrados a su presencia. Wolfy, un enérgico perro adoptado por José Mendiola, ha demostrado ser mucho más que un compañero leal; juntos, han desafiado las olas del Atlántico, convirtiéndose en una sensación en la escena del surf. En este artículo, exploramos cómo este dúo improbable se convirtió en una inspiración para la comunidad de surfistas y cómo el amor por el mar y los animales ha unido sus destinos de manera extraordinaria.
Primer paseo sobre las olas
Cuando le preguntamos a José cómo surgió la conexión entre Wolfy y el mar, su rostro se ilumina con una sonrisa. «A Wolfy le encanta estar con los humanos, y a mí me apasiona el surf, así que siempre me acompañaba a la playa», nos relata José. «Comenzamos jugando sin ninguna pretensión, solo para divertirnos y disfrutar juntos. Hasta que un día, cogí mi tabla de paddle surf y la subí al agua. Fue entonces cuando dimos nuestro primer paseo sobre las olas. Un día vi una ola de rodilla (pequeñita, el surf canino no se puede hacer con cualquier tipo de ola) y la tomé mientras los chicos de la escuela de surf cercana nos miraban, fliparon y comenzaron a aplaudir y a vitorear ¡y Wolfy, claro, hizo el espectáculo! A partir de ahí se viene siempre que quiere».
José nos hace hincapié en un punto fundamental: fue Wolfy quien eligió el agua como su lugar de diversión. «Supongo que, entre estar en casa, en la playa o sobre la tabla, eligió lo más divertido», dice José con orgullo. Wolfy ha demostrado un amor innato por el agua y jugar en ella, pero curiosamente, no comparte el entusiasmo por la lluvia.
Hijo de la playa de Patos
Para José Mendiola, el surf llegó a su vida mucho antes que Wolfy. Como un verdadero hijo de la playa de Patos, comenzó a surfear en 1987. A pesar de su formación en Psicología y su trabajo en centros de menores, José siempre mantuvo una conexión especial con el mar. Incluso fundó un pequeño club de surf en Santa María de Oia. Sin embargo, su vida dio un giro dramático en 2015 cuando sufrió un grave accidente mientras recogía sus tablas, dejándolo en coma durante 40 días con una lesión cerebral que desencadenó la epilepsia.
El amor por los animales es una constante en la vida de José. «Siempre he tenido perros porque mi madre era criadora», nos cuenta. Cuando su anterior mascota falleció, José adoptó a Wolfy en la protectora de Os Biosbardos, donde se llamaba Balto. Wolfy, una mezcla única de Border Collie, Malinois y Pastor Alemán, pesa 25 kilogramos, pero su espíritu aventurero y amor por el agua lo hacen un compañero perfecto de Mendi con quien comparte su amor por olas.
Destinado a surcar las olas
José es enfático al señalar que no todos los perros están destinados a surcar las olas. «Primero, deben amar el agua y saber nadar», explica. «Por ejemplo, mi perro anterior, Lupo, no disfrutaba del agua en absoluto, por lo que nunca habría considerado el surf con él. Además, el perro debe desearlo. A veces, Wolfy llega, ve que está lloviendo y prefiere quedarse en el coche. Entonces, simplemente me espera allí».
José y Wolfy han llevado su pasión por el surf canino al siguiente nivel. Hace unos meses, participaron en el Campeonato Europeo de Surf Canino Dingonatura, en la playa asturiana de Salinas, donde se alzaron con la victoria en su categoría. “Existen diversas modalidades. Nosotros, hacemos tándem, en ella ambos estamos de pie sobre la tabla; yo dirijo la tabla mientras Wolfy equilibra los pesos para que podamos surfear las olas” nos explica Mendi.
Apoyo a la protectora Os Biosbardos
Este triunfo no solo les otorgó un título, sino que también brindó la oportunidad de apoyar a la protectora Os Biosbardos. Como parte de su premio, recibieron varios sacos de pienso (375 kilos) de Dingonatura, que posteriormente donaron a esta institución, ayudando a aliviar las necesidades de los perros en el refugio.
Esta no ha sido la única labor solidaria que han realizado Wolfy y Mendi. Desde hace algo más de un año esta singular pareja asiste a eventos como Blue Sur Fest o Inclusea, dos de los eventos más importantes sobre surf inclusivo y parasurfing, en los que además de cabalgar olas, Wolfy y Mendi sirven como puente entre personas de capacidades diversas y el mundo del surf. La fama de Wolfy ha ayudado a José Mendiola a dar a conocer las virtudes del surf, su amado deporte, como un ejercicio con fines terapéuticos.
En un mundo lleno de sorpresas, Wolfy ha demostrado que incluso un perro puede convertirse en un maestro del surf. Wolfy, el surfista canino de Vigo, ha dejado su huella en las olas y en el corazón de su compañero humano.