Mera se hizo cargo del equipo junto a Maxwell el pasado verano tras la marcha de David Monreal. Antes, había desempeñado el papel de segundo entrenador y el de jugador. Hace menos de un año decidió asumir el reto de dar un paso al frente y no se arripiente de hacerlo. De hecho, asegura que el descenso no supone una decepción. «Sabíamos que nos iba a costar y competimos hasta el final por la permanencia. Conseguimos mantener el equipo junto y progresando. No obstante, las cosas se fueron torciendo y no hemos podido mantener la categoría».
El técnico destaca que el del Blusens era el presupuesto más bajo de la categoría y que «contábamos con una plantilla muy corta. La lesión de Parata, que era uno de nuestros jugadores importantes, nos frenó mucho. Económicamente también nos ha costado mucho competir, porque la mayoría del dinero se ha ido en los desplazamientos. Es un problema que, por ejemplo, no tienen los vascos, porque son cuatro equipos en División de Honor».
El Universidade de Vigo es el principal referente del rugby gallego, que con este descenso se queda un poco huérfano. El equipo se ha nutrido de la cantera de toda las comunidad, pero esto también ha creado algún inconveniente. «Esto impilica que algunos jugadores se encuentran a 200 kilómetros y a veces es complicada entrenar», dice Mera que, no obstante, se siente orgulloso de formar parte de un proyecto que está siendo tan importante para el rugby gallego.
Mera tiene claro que si finalmente toma la decisión de no continuar siendo entrenador del primer equipo, seguirá estando unido al club. «Estoy muy satisfecho con mis ocho años en el equipo. El Vigo Rugby siempre tendrá mi apoyo, sea de la forma que sea», explica.