Probablemente, la comparación es una estupidez porque el fútbol se rige por otros códigos, el concepto de leyenda está infinitamente más devaluado, pero piensen, ¿cuánto pesaría el ‘7’ del Madrid si Cristiano Ronaldo se retirase la próxima temporada? A esto añadan que O’Gara solo apartó la camiseta de Munster para enfundarse la de Irlanda. En la selección dio el relevo antes porque llegó otro genio, Jonathan Sexton, pero en el equipo de Limerick ostenta cifras que asustan. Dos Copas de Europa y máximo anotador de la competición. La friolera de 1.365 puntos en el total de la competición. El máximo anotador, con una diferencia de casi 500 puntos sobre el segundo. El diez de Munster tiene que pesar una tonelada sobre la espalda de Ian Keatley y J.J. Hanrahan, los aperturas que se reparten los minutos esta temporada en uno de los mejores equipos de Europa. Cuando fallen una patada a palos en Thomond Park, con una Guinnes en la mano, el aficionado dirá a su amigo: «O’Gara la metía» y, seguramente, estaría en lo cierto.
Unas semanas más tarde, en los amistosos de noviembre, la actualidad me llevó a la visión obligada de una soberbia selección de Irlanda, que batió en tres semanas a Sudáfrica y Australia con un rugby de altísimo nivel. Allí, en el centro de la línea de tres cuartos, apareció otra de esas camisetas que acumulan toneladas de peso. El ’13 del trébol’, la elástica a la que cualquier aficionado al rugby le pondrá la cara y el nombre de Brian O’Driscoll. No es para menos, sus cifras son igual o más impresionantes que las de su compatriota. Ostenta la plusmarca absoluta de partidos internacionales con cualquier selección. 141, con Irlanda 133. La diferencia, que disputó 8 con los Irish and British Lions (un combinado de los mejores jugadores de las Islas Británicas).
O’Driscoll tuvo el honor de elegir el momento de dejar la selección y lo hizo levantando el trofeo del Seis Naciones la pasada primavera. Un detalle que, si cabe, agiganta un poco más la figura de un jugador que ocupó el ’13’ de Irlanda durante 15 años. Su primer partido con la verde fue el único en el que fue suplente. A partir de ahí, el ’13’, y la friolera de 46 ensayos. Una cifra tan extraordianariamente exagerada como toneladas tiene que pesar la camiseta que portó en los últimos encuentros el joven de 21 años Robert Henshaw. Sus factores a favor son la posible inconsciencia de la inmadurez (sin ella, vestir ése número en Irlanda sería comenzar a temblar por responsabilidad y respeto) y que, para que engañarse, nadie puede exigirle el rendimiento de su predecesor. Sencillamente, es imposible.
El ’10’ de Munster o el ’13’ de Leinster e Irlanda estarían ya retirados y colgados del techo del pabellón si estuviéramos hablando de la NBA. Sin embargo, en el rugby los números son todavía más sagrados que sus portadores, aunque estos lleguen a la leyenda, al mito. Por eso, el diez designa al apertura y el trece, al segundo centro en cualquier equipo del planeta. Esto no deja de significar que cualquier aficionado de Munster o de Irlanda le ponga la cara del mito O’Gara o la leyenda O’Driscoll, respectivamente. Son camisetas que, actualmente, pesan toneladas, lo incalculable.
Vigo Rugby
En el rugby local, el Blusens Universidade de Vigo perdió ante el CRC Pozuelo (12-13) un partido que debería haber ganado por juego y dominio. Sin embargo, le condenó la falta de definición cuando estaba situado a diez metros del ensayo. Aún así, entra en la Copa del Rey al acabar octavo la primera vuelta. Una competición para tomarse suave y con moderación, valga el símil, como se debe disfrutar del combinado favorito. No obstante, no debe obviar el objetivo principal que es la permanencia y que, tras caer precisamente ante el equipo madrileño, el Blusens se vuelve a sentir cerca la zona baja. Este domingo (12:00), toca partido en As Lagoas ante un sorprendente Gernika, que marcha sexto en la clasificación.