El 13 de julio de 2020, poco más de un año después de las municipales en las que Abel Caballero levantaba los brazos en señal de un nuevo triunfo propio, el Partido Socialista de Galicia perdía las autonómicas ante Núñez Feijóo, pero en Vigo alcanzaba un empate técnico (44.107 papeletas del PP, 43.361 para el PSOE).
Aquel dato fue valorado como un éxito en las filas socialistas porque la historia, al menos la que se refiere a este siglo, se mostraba tozuda con la tradicional preferencia de la ciudadanía viguesa hacia el partido conservador. Solo en 2005, cuando Pérez Touriño formó el bipartito con Anxo Quintana, se había dado una situación similar en el municipio vigués (57.693 sufragios populares, 57.154 socialistas).
Cuatro años más tarde, las urnas han cambiado el panorama de un modo sustancial. El candidato Alfonso Rueda ha devuelto la ventaja al partido de la gaviota sobre el PSOE de Besteiro (54.010 frente a 30.781), con 23.229 votantes como saldo a favor. Es la segunda mayor diferencia en siete convocatorias electorales autonómicas, pero apenas pasa de ser el cuarto mejor resultado de los populares en unas gallegas. Además, el BNG se ha convertido en la primera fuerza política de la ciudad con 56.820 vecinos que han validado en las mesas su programa electoral, la mejor noche de la formación frentista en siete citas con las urnas desde 2001, cuando también superó a la candidatura socialista.
“Sen palabras para agradecer o inmenso empurre das viguesas e vigueses ao proxecto do Bloque. Isto é só o principio. Seguimos”, escribía un eufórico Pérez Igrexas en redes sociales. De 2020 aquí, el Bloque ha pegado un salto cuantificado en 25.175 votos más, rompiendo también su mejor resultado de 2001.
La candidatura socialista, por el contrario, ha contabilizado en los colegios electorales de Vigo el peor registro del siglo con 30.781 sufragios, 12.580 votos menos que en el verano del coronavirus, cuando la participación fue de un 57,17% frente al 65,28% de este soleado domingo.
Con un perdedor, el PSOE, y un ganador igualmente claro, el Bloque, el PP ha crecido en casi 10.000 votos (9.903), unos números insuficientes pensando en cualquier extrapolación a la vida municipal. Es la primera vez en el siglo XXI que el PP vigués pierde una convocatoria autonómica. Pensando en el rumbo tomado por el electorado, la izquierda (socialistas y nacionalistas) aventajaría a la derecha en más de 33.000 votantes (33.591, por precisar); en 2020 la diferencia era de 39.151 votos.