La formación de las mesas electorales en Vigo de cara a la jornada electoral de este domingo ha supuesto un quebradero de cabeza para la Junta Electoral de Zona. Si la semana pasada la renuncia de 158 personas obligaba al Concello a repetir el sorteo, ahora ha trascendido que la cifra global de negativas autorizadas ha ascendido a 309 personas.
Así lo ha desvelado este viernes el alcalde de Vigo a raíz de los datos que ha notificado la Junta Electoral de Zona al Concello. Esto supone que el 9% de los ciudadanos que fueron escogidos al azar para integrar una mesa electoral pidieron no hacerlo y consiguieron que su petición fuera estimada.
Se trata de una estadística sin precedentes que puede tener detrás el miedo al coronavirus. No obstante, la normativa no contempla esta causa para quedar eximido de la obligación legal de desempeñar esta función. La regulación vigente, de hecho, señala de forma muy precisa cuándo puede y cuándo no puede prosperar una renuncia. En todo caso, por razones de confidencialidad, no han trascendido los motivos esgrimidos por las más de 300 personas que han obtenido el dictamen positivo de la Junta Electoral de Zona de Vigo.
Entre las causas que se pueden argumentar para no ostentar el cargo designado se encuentra ser mayor de 65 años, persona con discapacidad, persona con incapacidad laboral, estar al cuidado de menores y dependientes que no pueden ser atendidos por otras personas, embarazadas de al menos seis meses, mujeres que hayan sido madre en los últimos 9 meses, víctimas de algún delito con orden de alejamiento de una persona que vota en el mismo colegio electoral, haber formado parte de una mesa electoral con anterioridad al menos en tres ocasiones en los últimos diez años, ser “protagonista” de un evento familiar inaplazable o cuyo aplazamiento provoque “perjuicios económicos importantes”…
El motivo principal que se suele alegar se basa en “responsabilidades profesionales”. Así, quedan exentos “quienes deban prestar durante la jornada electoral servicios esenciales de la comunidad de importancia vital” como los de carácter médico, sanitario, de protección civil, bomberos, etc. También los periodistas que deban cubrir la jornada electoral y los “profesionales que deban participar en acontecimientos públicos a celebrar el día de la votación, que estén previstos con anterioridad a la convocatoria electoral, cuando el interesado no pueda ser sustituido y la no participación del mismo obligue a suspender el acontecimiento, produciendo perjuicios económicos relevantes”.