El salón de plenos del ayuntamiento de Vigo ha acogido este miércoles un nuevo sorteo público para designar a 158 miembros de mesas electorales de cara a la jornada electoral del 12 de julio. Lo ha tenido que hacer tras las masivas renuncias registradas en los últimos días, que provocaron que la Junta Electoral de Zona se dirigiese al Concello para pedirle que buscara una solución a esta circunstancia.
Desde Praza do Rei se ha optado finalmente por celebrar un segundo sorteo adicional al del pasado 15 de junio. Nuevamente, los partidos políticos representados en la Corporación Municipal han dado de viva voz y por turnos un total de nueve número comprendidos entre el 1 y el 999 para luego introducirlos en un programa informático que determina al azar las personas elegidas en cada mesa.
Una vez que el Concello tenga los nombres de los miembros designados, serán comunicados a la Junta Electoral de Zona para que a su vez notifique a los interesados su obligación de comparecer al inicio de la jornada electoral.
La nueva normalidad parece estar detrás de este aluvión de renuncias. El propio alcalde, Abel Caballero, aseguró que nunca antes había visto algo así y que nunca, al menos siendo él primer edil de Vigo, se había tenido que repetir un sorteo. No obstante, el miedo al coronavirus no es una excusa válida para quedar exento. De hecho, es necesario exponer una “causa justificada y documentada”.
Son muchas las razones que se pueden esgrimir para no ostentar el cargo designado, pero generalmente se trata de casos muy específicos: mayores de 65 años que así lo soliciten, personas con discapacidad, personas con incapacidad laboral, por el cuidado de menores y dependientes que no pueden ser atendidos por otras personas, embarazadas de al menos seis meses, mujeres que hayan sido madre en los últimos 9 meses, víctimas de algún delito con orden de alejamiento de una persona que vota en el mismo colegio electoral, haber formado parte de una mesa electoral con anterioridad al menos en tres ocasiones en los últimos diez años, ser “protagonista” de un evento familiar inaplazable o cuyo aplazamiento provoque “perjuicios económicos importantes”…
El motivo principal que se suele alegar se basa en “responsabilidades profesionales”. Así, quedan exentos “quienes deban prestar durante la jornada electoral servicios esenciales de la comunidad de importancia vital” como los de carácter médico, sanitario, de protección civil, bomberos, etc. También los periodistas que deban cubrir la jornada electoral y los “profesionales que deban participar en acontecimientos públicos a celebrar el día de la votación, que estén previstos con anterioridad a la convocatoria electoral, cuando el interesado no pueda ser sustituido y la no participación del mismo obligue a suspender el acontecimiento, produciendo perjuicios económicos relevantes”.