Agentes de la Unidad Ejecutiva de la Policía Local han denunciado ante la autoridad competente a un vigués de 31 años por ejercer el furtivismo en Alcabre. El individuo fue descubierto, con la ayuda del vigilante de la Cofradía de Pescadores de Vigo, en una zona situada entre la playa de Carril y el puerto deportivo de Bouzas.
Aunque no ha trascendido hasta este jueves a raíz de la información facilitada por el cuerpo municipal, la intervención se remonta al pasado sábado por la mañana. Efectivos de la citada unidad sorprendieron a un ‘rana’ sumergido en el agua desde las 08:45 horas y lo estuvieron esperando hasta las 13:20 horas.
En ese tiempo, los agentes pudieron observar que “el vehículo que normalmente utilizaba el reseñado” se encontraba estacionado antes de la rampa de acceso a la playa, próximo a la ducha. No obstante, el individuo “volvió a la orilla por un punto más alejado, y a la vez más escondido”. Antes de salir, a unos 12 metros, los policías vieron cómo “ocultaba algo” pegado a un muro.
Posteriormente, el sujeto salió del agua y fue abordado por los efectivos desplazados al lugar. “En ese momento portaba pulpo, pero no se encontró ninguna infracción a ese respecto”, relata la Policía Local, que posteriormente localizó en otro punto una red con marisco. De esta forma, se procedió al decomiso de “la mayor captura hasta la fecha”: 15 nécoras con un peso de 1,355 kilos, 15 centollas con un peso de 16,190 kilos y un lubrigante de 1,415 kilos.
El hombre interceptado confesó que no tenía licencia para pescar, por lo que la patrulla le propuso para sanción ante la Consellería do Mar, a la que remitió el correspondiente informe. El marisco fue devuelto al mar en presencia del denunciado.
Más centollas en Teis
De menor entidad fue el material recuperado al día siguiente en la playa de Areiño, en Teis. En el mismo ámbito de vigilancia sobre el furtivismo, la Unidad Ejecutiva prestó apoyo al guarda rural de la Cofradía, que localizó a un pescador que salía del agua con una red con centollas en su interior.
Resultó ser un vecino de Vigo de 43 años, que llevaba diez centollas que en total pesaban 6,705 kilos. El propio furtivo las devolvió al mar, lo cual no evitó que la Policía Local levantara “las correspondientes actas para la Xunta de Galicia”.