No obstante, será el Ayuntamiento el que tramite el documento, ya que los procedimientos de licitación y adjudicación de los municipios son más sencillos y ágiles que los de las autonomías y del Estado. Además, el alcalde, Abel Caballero, se comprometió a que “estén presentes las demás administraciones”.
Según ha adelantado este viernes el regidor vigués, tras la importante reunión a tres bandas mantenida con la consellería de Infraestruturas, Ethel Vázquez, y el secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, el estudio puede tardar “entre seis y ocho meses” en redactarse y tres meses en licitarse a partir de la firma del convenio que tendrán que suscribir las administraciones. De esta manera, estimó que “en un año” se podrá tomar la decisión definitiva.
A partir de ahí, cuando se sepa qué obra hay que acometer, se decidirá cómo se financia y quién la paga. En este sentido, se valorará recurrir a fondos europeos, para lo cual podría ayudar que el proyecto sea declarado de interés general, algo que ya ha pedido la Xunta de Galicia.
Caballero, que ha dado “una gran importancia” a esta reunión, ha destacado el “buen clima” del encuentro y ha mostrado su gran satisfacción al haber producido un “acuerdo total”. “Es un paso muy importante para resolver el problema”, apostilló. Una sensación positiva que también compartió la conselleira Ethel Vázquez.
Las opciones que se barajan
Hace semanas, desde el Concello de Vigo se habían avanzado tres alternativas, aunque en este momento se ha añadido una cuarta. En primer lugar, se contempla el recrecido de la presa de Eiras instalando una bóveda nueva delante de la actual. A este respecto, se descartó la posibilidad de prolongar la existente aumentando su tamaño ya que los materiales no están preparados para ello.
La segunda opción pasaría por construir una presa nueva aguas arriba, en el Oitavén. La tercera sería un trasvase permanente del río Verdugo al Oitavén en la parte alta de la cuenca. Por último, se barajará un trasvase desde el río Miño.
Adicionalmente, Caballero pidió que se estudie alguna alternativa más si así lo estiman oportuno los técnicos que analicen la situación. “No hay que descartar que a los técnicos se les ocurra otra”, advirtió.
Igualmente, el regidor solicitó que no sólo se aborden las cuestiones ambientales sino que se tenga en cuenta el coste económico y de mantenimiento de cada opción. Esta petición surge porque el Concello cree que será muy caro traer el agua del Miño. “Hay que bombear 45 kilómetros”, recordó el alcalde.