Los varamientos en los primeros cuatro meses del año en las costas gallegas han superado ya los que se suelen detectar en todo un año
La Coordinadora para o Estudo dos Mamíferos Mariños (CEMMA) ha hallado varado en el interior de la Ría de Vigo un insólito ejemplar de cachalote pigmeo (kogia breviceps), una especie de la que apenas se han contabilizado registros en los 32 años de existencia de esta ONG ambiental gallega.
Según ha explicado a Vigoé el portavoz de Cemma, Alfredo López, se tuvo constancia de un caso en 2020 en la Ría de Vigo y hasta entonces nunca se habían visto ejemplares en esta zona del sur de Galicia. «En aguas del norte se han visto alguna vez, pero de manera muy excepcional», ha señalado.
Así, hace cuatro años apareció otro ejemplar varado en la zona de Vilaboa, que por fortuna pudo ser estabilizado y devuelto al mar en las inmediaciones de las islas Cíes. Pocas semanas después apareció en aguas de Malpica una hembra muerta con un bebé todavía vivo, que acabó también falleciendo pese a los intentos por salvarle la vida.
El cachalote pigmeo aparecido estos días en el interior de la ensenada de San Simón era un macho de dos metros que quedó varado «posiblemente cuando estaba todavía vivo», aunque cuando fue localizado ya llevaba días muerto.
Las muestras recogidas no han permitido determinar las causas de la muerte ya que el ejemplar estaba «bastante sano». Se trata de animales oceánicos que no suelen acercarse a la costa y que viajan siempre en grupo, de ahí que Alfredo López apunta a que «el simple hecho de quedar aislado de su grupo ya es por sí misma una razón para que haya fallecido».
Cemma, que estos días se encuentra en plena celebración de su 32 aniversario, ha contabilizado ya en los primeros cuatro meses de este 2024 unos 320 varamientos en las costas gallegas, una cifra muy superior a la que se suele registrar en todo un año, con una media de 265. Ya 2023, no obstante, se cerró con 669 animales varados, la mayor cifra desde que hay registros y más del doble de los 316 que se contabilizaron en 2022.
«Desde mediados de abril han descendido los varamientos, pero estamos investigando a qué responde la gran cantidad que se ha registrado entre enero y abril», subraya. La mayoría de los casos han sido por capturas accidentales, pero es llamativo el gran número de mamíferos marinos que se detectan.
Precisamente estos días, la ONG también están colaborando en recabar información sobre las primeras interacciones de orcas con barcos en la zona del Estrecho, ámbito en el que suelen comenzar a moverse antes de subir hacia aguas gallegas.
«Aquí las tendremos en verano, sobre el mes de agosto», pronostica López, cuya ONG lidera desde hace meses en una ambiciosa campaña para intentar minimizar el impacto que tienen las recientes interacciones de las orcas con los barcos de pesca y los yates.