Sólo en este mes de mayo se han dado doce avistamientos, con especial incidencia a lo largo de la semana pasada. En la mañana del día 24 se produjeron dos casos, uno en la zona de Camposancos, en la finca de una vivienda particular, cuyos propietarios observaron un ejemplar atrapado en una red.
La serpiente -mediante un meticuloso trabajo de los agentes – fue liberada de la citada red. El ejemplar medía aproximadamente 1,20 metros y mostró una “actitud sumisa y tranquila como si fuese consciente de que trataban de ayudarla”, según informa el cuerpo municipal.
El otro caso tuvo lugar sobre las 13:00 horas en la zona de Samil. En esta ocasión, el ejemplar se había resguardado en un vestuario público donde enroscada permanecía inmóvil. Ambos ofidios, como viene establecido por protocolo, fueron liberados en su hábitat natural.
Otros cuatro episodios más se vivieron este domingo, jornada hasta la fecha en la que se realizaron un mayor número de servicios en el mismo turno. El primero se registró a las 12:20 horas en la calle Carrasqueira, en la parroquia de Coruxo, donde fue visto un reptil enroscado en el centro de la calzada, constatando luego una patrulla que estaba muerto.
A las 15:00 horas en la calle Arquitecto Desiderio Pernas unos vecinos alertaban de que una serpiente de unos 70 centímetros se les había introducido en el aseo y la tenían encerrada en el baño. Se comprobó que se trataba de una culebra bastarda y fue recogida para soltarla en su hábitat natural.
Otra llamada más se recibió a las 16:30 horas desde el Camiño Mide. Allí el propietario de una finca había encontrado una serpiente, de nuevo una culebra bastarda que fue recogida y liberada.
El último episodio se reseñó a las 17:05 horas en la calle Doctor Corbal. Esta vez el reptil se había introducido en un garaje y medía aproximadamente 1,50 metros, aunque antes de llegar la policía se recibió una nueva llamada del alertante informando de que la serpiente ya se había escapado hacia el monte y no era necesaria la presencia de la patrulla.
Estas situaciones se dan por tener los ofidios la sangre fría, con lo que durante las estaciones de otoño e invierno entran en letargo, del cual despiertan con la llegada del calor. Las temperaturas de los últimos días, por tanto, activan a estos reptiles que despiertan hambrientos volviéndose muy activos y favoreciendo ese tipo de servicios.
En todo caso, no son agresivos. De hecho, suelen evitar el contacto humano y no están acreditados casos de ataques en los últimos años.