De esta peculiar forma quieren denunciar el comportamiento incívico de los dueños de los animales, que incluso en invierno acuden a esta playa a pesar de que la limitación de lugares –A Calzoa y Foz- para llevar a los perros sólo se mantiene en vigor durante el verano.
En las imágenes, que recorren la zona de un extremo a otro, se ve cómo el ‘cacómetro’ contabiliza más de 60 excrementos sin recoger, lo que a juicio de algunos vecinos confirma que “este espacio se ha transformado en un cagadero de perros” y en una “playa exclusiva para paseantes” de canes. También lo definen como un “selfie point” y “una moda”.
“Antes sólo la visitaban cuatro vecinos con perros y ahora está ocupada por decenas de perros por las tardes y todo el fin de semana”, indican. Asimismo, se quejan de que la Policía Local no les hace caso a pesar de las “decenas de llamadas” que han efectuado al 092 para denunciar los hechos. “No se ha sancionado a nadie”, aseguran.
Los vecinos, que ya se han manifestado en un par de ocasiones para pedir que se reconsidere la medida, han recogido 2.000 firmas para instar al Concello a repensar la situación. No obstante, lamentan que nadie les ha querido recibir nunca en el Ayuntamiento y señalan directamente al alcalde, Abel Caballero, y a la concejala de Medio Ambiente, Chus Lago.