Los técnicos llevaban a bordo la cámara, que gracias a una pértiga puede introducirse en el agua y capturar imágenes de mayor calidad en zonas de escasa visibilidad. «Os resultados son moi bos, é un método moi interesante e ata agora nunca poidéramos utilizala. Alguna vez graváronse imaxes submarinas de golfiños nas rías, pero de moi pouca calidade «, explica este miércoles Alfredo López, portavoz de Cemma.
Pese a que la Coordinadora no acostumbra a fotoidentificar a los delfines, las fotos se archivarán para poder localizar a cada ejemplar y detectar si regresan a nuestras aguas. «Hai moitos golfiños –calculan que 14.000 en la costa gallega- e non é fácil, pero todo o material queda almacenado para comprobar se nos visitan outra vez», añade.
Alfredo López explica que los delfines se acercan más a las embarcaciones que los arroaces. «Veñen á proa dos barcos, mentres que os arroaces son máis desconfiados», afirma. Es habitual que los barcos de vela, e incluso las piraguas, se vean rodeados por delfines. En el caso de los buques a motor, el técnico de Cemma apunta que el ruido provoca que se alejen.
La última salida de los biólogos en busca de arroaces se realizó el pasado domingo, día 4 de enero, y de nuevo fue exitoso. En la zona de Rande localizaron a un grupo de arroaces, al que pudieron seguir hasta Moaña, Alcabre y Coruxo. Otra vez fueron fotografiados realizando saltos junto a la costa e incluso pudieron observar cómo jugaban con un pez (una solla) que acababan de pescar y que lanzaban al aire.