Partiendo de la idea de que «solo se conserva lo que se ama y solo se ama lo que se conoce», el proyecto FriendShip: Orcas liderado por la Coordinadora para o Estudo dos Mamíferos Mariños (CEMMA) busca familiarizar a la ciudadanía desde las edades más tempranas con la población de orcas que, desde hace unos años, visita con frecuencia las costas gallegas.
Para ello, además de recabar información sobre las orcas que surcan nuestras costas, CEMMA ha contado con la colaboración de ilustradores para que, a través de sus dibujos, acerquen a la ciudadanía las características de esta especie que en los últimos años se deja ver con más frecuencia en nuestros mares y cuya presencia se intensifica entre los meses de abril y septiembre.
Entre ellos se encuentran los dibujantes Pepe Carreiro –con Os Bolechas–, Manel Cráneo –con el personaje de la detective ambiental Carmela Orzán– o la revista de naturalistas Salseiro, diseñada por Tokio, en la que se incluyen ilustraciones de la ilustradora digital Sara Bermúdez; el dibujante Victor Tizón, acuarelas de Cristina Otero y la ilustradora y dibujante de cómics Emma Ríos o Catalina Rodríguez y David Blanco de Rojas en «Encontro, un conto de humanos e candorcas”.
Este jueves, cuatro de estos ilustradores han presentado en Vigo parte de los materiales didácticos que se han elaborado para facilitar a formadores, tanto del ámbito de la enseñanza (infantil, primaria y secundaria) como de la educación ambiental, el mostrar las característica de esta especie.
El objetivo del proyecto, que abarca toda la costa occidental desde Hondarribia hasta Gibraltar, es contribuir a la información y proyección social de las orcas y su problemática y, para ello, CEMMA y la Fundación Banco Santander llevan desde el año 2020 elaborando materiales para informar sobre esta especie que, por primera vez, interactúa con las embarcaciones que recorren la costa atlántica.
Esa es la razón por la cual este grupo de orcas ibéricas se han rebautizado como orca Gladis, que procede del término gladiadores en homenaje al nombre científico que el naturalista francés Pierre Joseph Bonnaterre (1752-1804) dio a la especie en 1789: Orca gladiador, dentro de su propuesta para la clasificación sistemática de los cetáceos.
Desde hace dos años se trabaja en la confección de materiales para informar sobre su biología y también se han creado canales de comunicación entre marineros y científicos (incluso se ha creado una app: GT Orcas) y materiales para difundir la importancia de conservar este pequeño grupo de orcas que reside en las costas ibéricas.
Incluso se ha puesto en marcha un catálogo para identificar a los diferentes individuos que conforman el grupo y ya cuentan con más de 21.000 imágenes de las 49 orcas registradas en esta zona de la península ibérica en un trabajo que cuenta con la colaboración de 29 entidades y cerca de una treintena de particulares que han aportado sus fotografías.
Medio centenar de individuos
En total, son apenas medio centenar de individuos adultos agrupados en cinco núcleos familiares, que presentan diversas amenazas para su conservación, como la interacción con la pesca, la escasez de recursos alimentarios y una reducida tasa de natalidad y supervivencia.
Su comportamiento interactuando con barcos veleros, totalmente desconocido para la comunidad científica y del que no hay constancia en ningún otro lugar del planeta, ha implicado en ocasiones contacto físico y en algunos casos se produjeron importantes daños, por lo que los barcos quedaron sin control y tuvieron que pedir rescate para ser remolcados a puerto.
Según la información que maneja el proyecto FriendShip: orcas, hasta finales de 2023 se registraron 1.034 encuentros: 676 interacciones y 358 avistamientos, lo que preocupa tanto a los marineros cómo a la comunidad científica.
El tratamiento que se ha dado desde algunos medios y la transmisión de información inexacta ha generado una cierta alarma social entre los usuarios del mar (deportes náuticos, pescadores…) y entre la sociedad en general, llegando a repercutir muy negativamente tanto en la percepción de la especie como en la proyección social hacia su conservación.
Es por eso que desde CEMMA se pretende crear herramientas de divulgación y educación ambiental que promuevan la información sobre la especie, la permeabilización social de su interés ambiental y en definitiva contribuir a su conservación.