Es más fácil salir de casa, ir en bicicleta hasta la estación de Renfe, viajar hasta Barcelona, bajarse del tren y subir al autobús urbano de la ciudad Condal con la bicicleta, darse una vuelta en bici por la urbe y volver a Vigo de la misma manera; que la compañía de autobús urbano de Vigo permita viajar a una bicicleta en el interior de un autobús olívico.
Realmente es imposible poder viajar con una bicicleta en el autobús vigues por la sencilla razón que la propia compañía VITRASA lo prohíbe frontalmente; tal como se recoge en las “normas básicas y recomendaciones”, en el primer punto dice:
Antes de subir: … No puedes acceder al autobús con objetos de gran volumen o bultos que puedan molestar, perjudicar, manchar al resto de los viajeros, u ocasionar algún accidente (bicicletas, tablas de surf …), así como con aquellos objetos que por sus características puedan impedir o dificultar el libre desplazamiento dentro del autobús.
Bicicleta de Vigo en el autobús de Barcelona
El párrafo dice claramente que las bicicletas no pueden viajar en el autobús urbano, así que las que son plegables tampoco tienen opción, y las que utilizan las personas con movilidad reducida tampoco. Algo que choca frontalmente contra el reglamento de la Unión Europea sobre los derechos de los viajeros, en especial a la accesibilidad y uso del transporte para las personas con movilidad reducida.
En el caso de la ciudad Condal, en la actualidad se hacen una media de 100.000 desplazamientos diarios en bicicleta, de los cuales el 50% corresponden al Bicing (alquiler de bicicleta). Un flujo de tráfico que se produce por las numerosas medidas que ha tomado el Consistorio barcelonés para facilitar su uso (la red de carriles bici tiene una longitud de 180 km.), entre ellas la posibilidad de poder llevar gratuitamente la bicicleta en el metro, autobús, tranvía, etc.
Carril bici en Barcelona
Evidentemente no son números comparables con Vigo por número de habitantes, orografía y viales dedicados, pero ahora que la ciudad olívica se ha lanzado al uso político de la bicicleta con futuros viales específicos, una de las normas que se debería aplicar es el poder utilizar el autobús urbano como ayuda al remonte de las lomas viguesas.
Si para poder llevar la bicicleta en el autobús hay que irse hasta Barcelona, la bicicleta en Vigo no tiene futuro como uso alternativo al desplazamiento para una vida más sana, sin emisiones de CO2 y poder mejorar la calidad de vida.