Opina sobre la polémica de las plantaciones de eucaliptos y ofrece recomendaciones a todos los voluntarios que quieran participar en la recuperación de los montes.Considera que Vigo debe planificar y ordenar su zona forestal para evitar un nuevo episodio como la última ola de incendios, cree que es momento de serenarse para estudiar bien las medidas a tomar y avisa de que el eucalipto no es el culpable de todos los males. “Debemos seguir la experiencias de la Comunidad de Montes de Teis”, señala.
¿Qué pueden y qué no pueden hacer los voluntarios que quieran colaborar de forma inmediata en la reforestación de los bosques arrasados por los últimos incendios?
Este fenómeno del voluntariado se ha producido también en Valencia tras los grandes incendios de 2012, en Mijas, en Guadalajara… y Galicia es experta en movilizaciones sociales como fue con el “Prestige”. Esto es lo ideal, que la ciudadanía no se quede en casa, no sea pasiva, pero es importante mantener la cabeza fría. Primero hay que ver si habrá regeneración natural y después no se pueden repetir los errores del pasado. Los incendios que hemos visto estos días se producen en la interfaz urbano-forestal, en ese borde peligroso. Vimos como cuando el arbolado está cerca de las casas pone en peligro bienes y personas, por lo que más interesante es imaginar un paisaje preparado para otro episodio como el que ha sufrido Vigo. Es importante la planificación. ¿Qué queremos plantar?¿Y dónde no queremos plantar? Porque a lo mejor habría zonas del área metropolitana de Vigo que deberían tener espacios abiertos, no traer el monte hasta el mismo centro de la ciudad. Por lo tanto, cabeza fría y planificación. Los particulares no podemos plantar en la finca de un vecino, hay que ver si son montes comunales, por lo que serán los comuneros los que den la autorización… Y esperar a que llueva, a que se humedezca el suelo, de manera organizada podemos ver qué paisaje queremos, que sea resistente al cambio climático, que evite incendios… a lo mejor más que plantar hay que evitar la propagación de la acacia o el eucalipto, especies que no deberían estar en el entorno de grandes ciudades. Más que plantar, a veces es gestionar el paisaje y crear un parque, una zona sin vegetación para que las casas no estén cerca del arbolado. Lo importante es planificar, contar con los propietarios, eso es de ley, y no precipitarse. Hay que recoger la voluntad de hacer algo y canalizarla. Plantar a lo loco en cualquier sitio es a lo mejor reproducir un problema que teníamos ya, que es la ordenación del monte.
¿Por lo tanto, la primera recomendación de Greenpeace es que nadie se eche al monte, nunca mejor dicho, para plantar semillas por su cuenta y riesgo?
Eso hay que descartarlo. Y de todas formas, en algunas zonas habrá que entrar con maquinaria a sacar la madera. Habrá zonas por limpiar, por lo tanto si plantamos ahí después no sobrevivirá. Además, no es tiempo de plantar, la época es febrero o marzo, después de las lluvias. Lo importante ahora es pensar dónde es necesario plantar y dónde no. Y Galicia no es un paisaje que necesite árboles, lo que hace falta es ordenar el monte. Por lo tanto, no recomendamos la salida inmediata para plantar. Habrá zonas en A Gudiña o en Lobios, alejados de ciudades, son espacios protegidos que dependen de comunidades o municipios, por lo tanto no es bueno ir al tún tún.
Existen varias administraciones, comunidades de montes, ayuntamientos, asociaciones, colectivos… ¿Quién lo debe planificar y quién tiene que guiar a los voluntarios?
Hay una forma que es a través de voluntariado organizado, con organizaciones ecologistas o asociaciones vecinales. Ellos tienen capacidad para organizar y después hay que buscar un propietario. ¿Quién es el afectado? Sea una comunidad de montes, un ayuntamiento o un privado, hablar con él. En el caso de montes comunales son además de utilidad pública. El dueño y la Xunta pueden dar permiso para proponer actividades de gestión de esa zona quemada o experiencias de recuperación de la cubierta vegetal. Hay que tener también en cuenta que el negro del paisaje en unos meses se va a llenar de fento y en primavera tendremos muchas especies brotando debajo de ese manto, con lo cual el verde lo recuperamos pronto y luego hay que pensar si queremos más árboles o zonas que eviten la propagación de incendios.
Antes mencionaba las especies como la acacia o el eucalipto, ¿qué especies deberíamos elegir, cuáles serían las ideales para la zona de Vigo?
La comunidad de montes de Teis es pionera en la recuperación de monte, ha eliminado acacia, eucalipto y pino, y ha plantado carballos, castiñeiras, salgueiros, bidueiros, amieiros… El bosque atlántico gallego, las “fragas”, tienen mucha variedad y Teis es un ejemplo de la recuperación de la cubierta vegetal autóctona, es una referencia. Tenemos seis o siete especies que se pueden recuperar.
Sobre la polémica del eucalipto, ¿debemos eliminarlo?
El eucalipto es un cultivo forestal que da trabajo y alimenta una industria muy importante del tablero y la pasta de papel. No vamos a eliminar un millón y medio de hectáreas en toda la Península Ibérica. En Galicia, el eucalipto ha venido para quedarse, es un árbol que alimenta una economía, lo que hay que hacer es gestionarlo y eliminar su crecimiento desordenado, sacarlo de los espacios protegidos, de las ribeiras, hay que sacar el eucalipto del entorno de las ciudades. No puede ser que una ciudad como Vigo esté rodeada por eucaliptos y, sobre todo, aproximándose a las calles, a las casas, a las urbanizaciones, hospitales… Es importante que el entorno de las grandes ciudades tengan, además esto lo dice la ley, franjas de terreno desprovistas de arbolado. Por lo tanto, hay que desbrozar todos los años el entorno de los núcleos urbanos y es recomendable que las comunidades de montes eliminen los eucaliptos, pero esto depende de los propietarios. Es verdad que una buena planificación urbanística debería tender a eso, porque el eucalipto es una especie que arde muy bien, tiene compuestos volátiles, tiene suelo con mucha hojarasca seca que no se descompone con insectos y hongos… Tenemos que evitar que esta especie que propaga muy bien el fuego siga generando un problema de seguridad pública, pero también forma parte de la economía y de la industria, no tiene lógica culpar al eucalipto de todo.
En Vigo hemos hablado mucho estos días de un supuesto grupo que plantaba fuego en el centro de la ciudad, aunque también hay teorías sobre la posibilidad de que esos focos se iniciasen debido a las pavesas que volaban desde las parroquias. ¿Es posible que recorriesen varios kilómetros hasta prender en parcelas de la ciudad?
Eso es ahora objetivo de investigación por parte de la Fiscalía de Medio Ambiente. En 2006, una denuncia de los servicios de extinción señalaba que mientras apagaban alguien plantaba por detrás. El fuego ha saltado cortafuegos en sitios como Lobios o el río Miño el pasado fin de semana. Es posible que la corteza del eucalipto y las pavesas hubiesen saltado a Vigo, es posible, pero creo que nadie debería especular ni hacer afirmaciones rotundas, porque es muy difícil establecer una teoría sin pruebas, a no ser que alguien lo haya visto o que haya imágenes. Lo que ocurrió se parece demasiado al 2006, es decir, impotencia, rabia, descoordinación, superación del operativo de extinción, grandes frentes de llama… Ante esta situación surgen estás teorías un poco “consparanoicas”. Puede haber gente que se haya organizado y haya plantado en varios sitios, pero en California nadie habla de terrorismo incendiario, allí se asume que los incendios están provocados y hay muchos saltos de fuego, incluso kilómetros. Por lo tanto, es un debate muy nuestro, porque entendemos que alguien se beneficia del fuego y la experiencia de 2006 es que entre los detenidos o sospechosos aparece una ejército de Pancho Villa, personajes problemáticos, gente desarraigada, con problemas familiares, alcohol, drogas, jubilados que estaban limpiando la finca… en fin, de todo un poco, algún pirómano, trastornado, enfermo, puede haber. Vamos a ver qué dice la Fiscalía, tiene experiencia en investigaciones forestales. Y me temo que no vamos a encontrar ni tramas políticas, ni terrorismo incendiario, ni gente queriendo quemar Vigo, pero desde la impotencia y la rabia surgen muchas veces este tipo de respuestas irracionales, emotivas, desde el estómago, y no es bueno dejarse arrastrar.
Hoy Ence anunciaba en la radio que compraba madera de eucalipto. Al margen de si es un momento idóneo para esa campaña, ¿Ence puede comprar madera quemada?
Mi respuesta es no. Nadie en su sano juicio… Primero, Ence comprará madera de eucalipto durante todo el año y en varias zonas. Desde Huelva a Portugal, Galicia o Asturias. Tiene varias plantas y entiendo que este anuncio estaría comprometido hace tiempo, porque si no lo habría intentado retirar para evitar polémicas estériles. La madera de eucalipto necesita una humedad para el proceso de blanqueo. La tesis de que es un incendio provocado por los intereses madereros o del papel hay que descartarla, porque no necesitan quemar madera. Si hay algo que el sector forestal quiere es plantar madera. No hay que ser tan retorcidos. La presencia de Ence en la Ría de Pontevedra hay que cuestionarla desde la Ley de Costas y el impacto ambiental, pero intentar culpabilizar de todo lo que pasa al sector es hacer un totum revolutum, un batiburrillo, da igual lo que pase que vamos a cargar contra Ence. Debería estar fuera de la Ría, expiró su licencia, Greenpeace se opone, hoy nos hemos presentado en un juzgado para defender el final de la concesión y justo estábamos abogados de Greenpeace intentando convencer al juez de que no puede estar allí. Hay que planificar el eucalipto, evitar su expansión en Galicia, por supuesto, pero de ahí a culpar al eucalipto o a Ence del fuego me parece que no tiene lógica. Caemos en una acusación irracional. Lo importante es entender su complejidad porque sino estamos renunciando a comprender el problema que tenemos.