Se ha estrenado la nueva serie del universo de Batman, pero esta vez sin el Hombre Murciélago ni ninguno de los héroes que lo acompañan habitualmente. Colin Farrell protagoniza El Pingüino, la nueva producción de HBO, en la que retoma el personaje que encarnaba en The Batman. Pero ¿quién es este villano y por qué nos gusta tanto?
Quizá la principal aportación del género de superhéroes a la historia del arte es su capacidad de adaptación a cada nueva época, variando su tono y aproximación a las mismas narraciones para adoptar una sensibilidad diferente según los tiempos que corran. Y esto es algo extremadamente raro que, sin duda, es la clave de su longevidad. Casi todos los héroes y villanos pertenecen a su tiempo y desaparecen cuando este se esfuma, como ocurrió con La Sombra y Shiwan Khan o Dick Tracy y su galería de enemigos pintorescos. Muchos de ellos han vivido intentos de resurrección, pero casi siempre regresan al limbo de los obsoletos sin esperanzas de una nueva juventud.
En cambio, los superhéroes son capaces de esto y no sufren demasiado en esa constante mutación de apariencia, métodos o trasfondo personal, lo que obliga a un esfuerzo añadido de sus lectores para aprender los mil y un cambios que experimentan a lo largo de las décadas. Algunos no llegan a conseguirlo, por supuesto, e igual que Dos Caras fue olvidado durante la etapa más pueril de Batman en los años 60, debido a la naturaleza trágica y homicida del villano, ahora nadie se embarca en escribir una saga para el rey Tut salvo que lo haga de una forma irónica. Cada tiempo crea sus propias historias y esto se ve más que nada en los cómics para niños.
El Pingüino lleva ahí desde el principio. Creado en 1941 por los mismos padres de Batman, Bill Finger y Bob Kane, pertenece al honorable elenco original de las aventuras del Hombre Murciélago, como el Joker y Catwoman. Su origen y sus motivaciones han ido cambiando, pero algunas realidades permanecen constantes: el Pingüino es un hombre cuerdo —a diferencia de los muchos ocupantes del asilo Arkham— y su cuerpo muestra una deformidad que muchos han aprovechado para burlarse de él. Sin embargo, el Pingüino ha logrado salir de todas y convertirse en uno de los principales reyes de Gotham City, orquestando una red de informadores y pagos de toda clase que orbita alrededor de su sala de fiestas, el club Iceberg.
Desde luego, esto no siempre ha sido así. En la serie de Batman de 1966 —esa que protagonizaban Adam West y Burt Ward, y cuya musiquita nunca consigues quitarte de la cabeza—, Burgess Meredith encarnaba a un Pingüino estrambótico, obsesionado con los pájaros y los peces, y que siempre tenía un nuevo truco guardado en su paraguas. En 1992, Danny DeVito ahondó en los conceptos de monstruosidad y supervivencia en la maravillosa Batman vuelve, que mostró a un villano muy del estilo de toda la filmografía de Tim Burton —esas criaturas deformes, odiadas por la sociedad y que tanto amamos—. En Batman, la serie animada, el personaje iba creciendo hasta obtener su merecido estatus de jefe del crimen, tan asentado en los bajos fondos de Gotham City que incluso el Hombre Murciélago lo buscaba como fuente de información. Y esa idea fue la que exploró la serie Gotham durante cinco temporadas, con un elenco de villanos y bandas mafiosas que no tenían nada que envidiar a las historietas originales —salvo por la presencia de Batman, claro—.
En 2022, The Batman unió todas estas ideas y unas cuantas más que venían de los cómics —la guerra entre familias mafiosas o el origen de Catwoman— y mostró a un Pingüino cruel, manipulador, taimado y dispuesto a cualquier cosa para obtener influencia y poder en una ciudad que premia esos valores. Ahora HBO ha estrenado una serie que transcurre justo una semana después del final de la película y que refleja los elementos básicos que definen a este personaje: la deformidad física y la astucia maquiavélica para superarla y conseguirlo todo. Gotham City aún está en shock después del ataque del Acertijo y la batalla que libró este con Batman, y las viejas familias mafiosas lo ven como una oportunidad para hacerse ricas y ganar ventaja frente a sus rivales.
¿Qué papel jugará en eso el Pingüino y qué tendrá que pagar a cambio? Lo veremos.