El origen de Biiista. Todo tiene un punto de partida, que siempre va ligado a otra experiencia también nacida a su vez en otra experiencia. Es como una espiral, un contínuum del proceso creativo. De este modo la moto eléctrica Biiista también ha pasado por ese proceso en la mente de los fundadores de la empresa de ingeniería austriaca Hammerschmid, creada en 1996 por Ludwing Mülleder y Hans Hammerschmid.
Hammerschmid GmbG es una empresa de ingeniería formada por un equipo multidisciplinar de treinta y cinco especialistas, hay ingenieros eléctricos, ingenieros de software, diseñadores, mecánicos, fresadores, torneros, soldadores, etc. Capaces de fabricar máquinas especiales y equipos de alta tecnología bajo una premisa fundamental según Hans Hammerschmid : «Un producto muy bueno se produce en un entorno de trabajo saludable.»
Un entorno saludable, en un lugar llamado Bad Leonfelden, Austria, donde se combina la formación con la experiencia. Nos solo construyen maquinas especiales, también forman a jóvenes como futuros profesionales, de hecho todos comparten mesa a la hora de comer.
Arranca en 2010. El proyecto que tiene en mente Hans Hammerschmid, uno de los directores generales, lo puso en marcha hace un par de años como una idea de plasmar las capacidades de la empresa Hammerschmid GmbG , un proyecto conceptual que podría quedarse en algo meramente prototipo de una moto eléctrica denominada Biiista.
Hay una serie de consideraciones muy importantes en el proyecto Biiista, no se piensa en una moto rápida, potente y con mucha autonomía, sino en una moto que se entienda como prolongación de lo cotidiano, sin prisas y saboreando el momento. Tan fácil como la pregunta: ¿Qué distancia deseamos recorrer en un día, 30, 50 o 70 kilómetros? Pero sus creadores han tomado como punto de partida el tiempo de recarga de las baterías en dos horas. Un tiempo mientras el usuario puede estar cenando tranquilamente, ir de compras o tomar un café durante la tertulia. Sobre todo sin prisas.
La propulsión eléctrica tiene una gran ventaja sobre los motores térmicos, que entrega la potencia desde la primera revolución del motor y su efectividad puede superar el 90% frente el 40% de los motores térmicos. Pero el motor eléctrico necesita de una batería, que suele ser pesada, y el motor térmico gasolina o gasoil, fácil de repostar en cualquier lugar. Así que los ingenieros de Hammerschmid GmbG han tenido que sumar dos variables más al proyecto Biiista: el peso y la potencia.
La Biiista rodando. El resultado final ha sido una moto eléctrica con chasis de aluminio, el cual soporta en su parte central las baterías de Litio y toda la electrónica. Y en sus extremos se fijan dos basculantes, hacia delante un doble brazo con rótula para el tren delantero, tipo Bimota Tesi; y hacia atrás un mono brazo que sujeta el tren posterior con el motor integrado en el interior de la rueda trasera. Todo ello cubierto con una carrocería plástica envolvente que le da ese toque futurista, y los brazos del manillar como unas antenas de abeja un aire retro.
Mecánicamente lo más interesante de la Biiista es el motor de tracción directa instalado en el interior del tambor de la rueda trasera. De esta manera no hay pérdidas de potencia que se pudiesen producir al utilizar mecanismos de transmisión por cadena o cardan. Por otro lado implica que el tamaño del motor está limitado por el espacio interior del tambor de la rueda, pero al mismo tiempo los pesos van en el eje longitudinal de la moto.
De todas maneras la moto Biiista es para una conducción relajada, sin prisas ni estridencias que tendrá una autonomía de 150 km.