Iker Rodríguez, un joven piloto de tan solo 12 años, está escribiendo su propia historia en el mundo del motociclismo. Originario de O Porriño, se encuentra a un paso de lograr algo histórico: convertirse en el Campeón de España de Moto4. Pero más allá de su talento en las pistas, la historia de Iker es una de pasión, dedicación y determinación, forjada desde muy temprana edad.
Iker Rodríguez recientemente ganó la penúltima carrera del Campeonato de España de Moto4 en Xerez, lo que lo coloca a solo un punto del líder, su compañero de equipo Andrés García. La gran oportunidad de sellar su nombre en la historia del motociclismo español llegará el próximo 19 de noviembre en Montmeló, donde se disputará la última prueba del campeonato. Si tiene éxito, Iker se convertirá en el primer gallego en ganar un campeonato nacional de velocidad, un logro asombroso para alguien de su edad.
Acompañado por su familia
El camino de Iker en el mundo de las motos comenzó desde temprana edad: con solo 9 años logró su primer título nacional en la categoría MiniGP, superando a competidores tres años mayores que él. Su familia, quienes lo han acompañado en su corta pero brillante carrera, siempre apoyaron su sueño de competir en Moto4, la cuna del motociclismo español, donde jóvenes de hasta 14 años desafían velocidades que rozan los 200 km/h.
Desde los 3 años
Jaime, padre de Iker y apasionado de las motos, recuerda cómo Iker mostró interés por el mundo de las dos ruedas desde temprana edad: «Yo siempre había tenido motos, nunca había competido, lo máximo alguna tanda en circuito pero todo muy amateur. Antes de nacer Iker las vendí todas pero sí es cierto que continué viendo carreras. Recuerdo a Iker a mi lado, había algo que le llamaba la atención, así que un día, creo que tenía tres años, se subió a una y desde ese momento no se ha vuelto a bajar».
Gestión paternal
Y como no, llega la temida pregunta a Jaime, que no es otra que cómo se gestiona ver que su hijo compitiendo: «Siempre pasas miedo y el que diga que no miente. Pero también es necesario verlo desde otro punto de vista: sobre la moto Iker va realmente protegido. Es cierto que la velocidad es alta, pero también la protección ¡mucho más de la que puede llevar cualquiera que salga en una moto un día normal!».
Intensa rutina
La vida de Iker implica una rutina intensa que combina estudio y entrenamiento. Después del comedor, cuando sus compañeros corren por el patio o juegan al fútbol, Iker aprovecha el tiempo para estudiar y hacer sus deberes. Luego, a la salida del colegio, llegan las sesiones de entrenamiento para perfeccionar sus habilidades en la pista.
Sin embargo, las carreras de motociclismo, especialmente a nivel nacional, no son económicas. Jaime, su padre, revela que el costo de una temporada ronda los 100.000 euros. Él y su familia han sido los principales patrocinadores de la carrera de Iker, pero están buscando apoyo adicional para aliviar esta carga financiera a través de patrocinios privados.
Instalaciones y oportunidades
En Galicia, la cantera motociclista se ha enfrentado a la falta de instalaciones y oportunidades. No obstante, Jaime tiene un enfoque optimista y afirma que, poco a poco, la cantera gallega crecerá, gracias a la apertura de una escuela de pilotos en O Porriño, que ya cuenta con 20 jóvenes inscritos.
La historia de Iker Rodríguez es la de un joven talento que desafía las barreras y busca su lugar en la historia del motociclismo. Su determinación y pasión son un recordatorio de que, cuando se tiene un sueño, no hay obstáculo que no se pueda superar. Con tan solo 12 años, Iker ya está dejando su huella en el mundo de las dos ruedas. Su futuro en el motociclismo es sin duda prometedor así que, como él mismo sueña, quién sabe si algún día lo veremos compitiendo en MotoGP.