En 2016 ambos representaron a España en la categoría 49er de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, aunque no lograron subirse al podio; y su equipo es una de las bazas más prometedoras de cara a las próximas olimpiadas de Tokio 2020, una aspiración en la que ya se encuentran trabajando.
Con la vista y el esfuerzo centrado en la cita nipona, Botín y Marra continúan encadenando premios y distinciones. Uno de los más destacados lo lograron en 2018 en Gdynia (Polonia), cuando se subieron a lo más alto del podio del Europeo de 49er. Era la segunda vez que conseguían colgarse el oro de un europeo tras la victoria lograda en 2016.
En este 2019 volvieron a grabar sus nombres en el cuadro de honor del europeo celebrado en la ciudad inglesa de Weymouth, aunque se tuvieron que conformar con la medalla de bronce.
El santanderino Diego Botín, de 25 años; y el sonense Iago López Marra, nacido en Portosín (Galicia) en 1990; lograron su primera medalla juntos en 2012 en la Christmas Race de Palamós (Girona), en la que compitieron juntos. Dos años después, en 2014, se reencontraron y empezaron a soñar con unas olimpiadas, un proyecto que, tras año y medio de trabajo, daría sus primeros frutos en 2016, con su participación en los juegos olímpicos de Río de Janeiro, en los que quedaron novenos.
En la actualidad, desde su séptimo puesto en el ranking mundial de 49er, entrenan con el entrenador nacional de 49er Pepe Lis y compiten para lograr la clasificación de España para las olimpiadas de Tokio 2020. Tratarán de conseguirlo en el mundial de Nueva Zelanda y si lo logran, aún tendrán que ganarse el ser ellos quienes compitan en los juegos.
Ambos llevan toda la vida ligados a la vela de diferentes maneras. A Diego sus lazos con la náutica le vienen de su padre Gonzalo, armador de barcos laureados; y de su tío Marcelino, destacado diseñador naval. Empezó a navegar a los 7 años animado por su padre y logró ser subcampeón de Europa de Optimist, campeón de Europa de l’Equipe, y campeón mundial juvenil de 49er con Pablo Turrado.
También desde muy joven empezó familiarizarse con la vela Iago, ingeniero naval de titulación. Lo hizo a través del Real Club Náutico de Portosín, su localidad de nacimiento, donde navegó en Optimist, 420, 470 y finalmente 49er. No se olvidó tampoco de las grandes esloras, en las que compitió en diferentes tripulaciones. En la actualidad es uno de los regatistas gallegos más destacados del panorama nacional.