Comercio ecológico, transporte responsable. Todo ello pensando en reducir al máximo la emisión de CO2 a la atmósfera, en 2009 se fundó la empresa francesa Transoceanic Wind Transport con el objeto de promover el transporte de mercancías en barco de vela, limpio y sostenible. Un proyecto internacional que pretende contribuir al cumplimiento de los acuerdos establecidos en el tratado de Kyoto y Europa 2020.
Sus fundadores, Guillaume Le Grand, de Brest, Diana Mesa, de Bogotá, y el también francés Philippe Alavoine enfocaron su proyecto en dos direcciones. Por un lado el transporte marítimo a vela y la comercialización de productos orgánicos y ecológicos con Eco-etiqueta TOWT (transporte marítimo sin CO2).
Como dijo Guillaume Le Grand a la BBC: «No es un renacimiento aventurero poético de tecnología del siglo XIX, sino algo que definitivamente encara la transición de energía en el mar».
El bergantín «Tres Hombres». Así se llama el velero que utiliza en estos momentos TOWT, un bergantín goleta con una eslora total de 32 metros, 25 metros de casco, 6,40 metros de manga, 35 toneladas de desplazamiento. Fue construido durante la Segunda Guerra Mundial y restaurado entre 2007 y 2010. Y puede albergar a cinco tripulantes y diez pasajeros.
No tiene la velocidad de un carguero moderno actual, que puede hacer velocidades medias de 10 o 25 nudos, un mercante súper-contenedor ronda los 22 nudos, un petrolero los 15 nudos y un pesquero de Gran Sol o palangrero no supera los 12 nudos. Pero el «Tres Hombres» cruza el Atlántico con velocidades medias de entre 8 y 10 nudos, a vela y sin propulsión térmica.
Además de su tripulación oficial, a bordo del «Tres Hombres» también estå navegando Diane Gilpin, de la empresa británica B9 Shipping, que desde 1994 trabaja en un proyecto de un mercante que combine la propulsión a vela, utilizando un aparejo como el del megayate Maltese Falcon, y el biogás generado con desechos de alimentos, lo que se conoce como digestión anaeróbica. De hecho, ya ha realizado pruebas de un modelo de un mercante con tres mástiles a escala en la Universidad de Southampton.
Respecto a la propulsión a vela para mercantes, mediante velas retractiles, plegables o tipo cometa. El navegante francés Yves Parlier lleva tiempo trabajando en el proyecto Beyon The Sea, por ahora utiliza un catamarán hydroplaneador de 25 pies de eslora, sin mástil, que utiliza una vela de kite. Para que en el futuro un mercante de 10.000 toneladas de desplazamiento pueda utilizar una vela de 600 m2 a 500 metros de altura. Cree que se podría reducir el consumo en un 50%.
Más con los pies sobre la cubierta del Tres Hombres, todo aquel que desee vivir la experiencia del transporte marítimo a vela tiene la oportunidad de enrolarse en la tripulación.
Rutas por el Atlántico y costa Oeste de Europa. El «Tres Hombres» transporta ron añejo desde Republica Dominicana, le lleva 45 días la travesía desde el Caribe hasta Brest. Cerveza orgánica elaborada de la cervecería Exerter Brewery en Devon, Sur de Inglaterra. O vino francés desde Brest hasta Copenhague para la empresa Rosforth and Rosforth. Y también pretenden transportar café y chocolate orgánico desde América.
Los fundadores de TOWT quieren animar al máximo de productores, distribuidores, clientes finales y la sociedad en general, para poder implantar una flota mayor de veleros que realicen el transporte marítimo. De hecho, aquel que tenga un velero que admita carga se puede poner en contacto con ellos para sumarse a la flota. En un futuro próximo pretenden crear un consorcio para la construcción de Eco-buques a vela.
Tejiendo la red Eco-etiqueta. Para reforzar la acción del transporte marítimo a vela, los fundadores de TOWT han creado una Eco-etiqueta que implica el seguimiento on-line del transporte de la mercancía. Así como la red de establecimientos donde se venden productos transportados a través del mar con propulsión a vela; y ya tienen más de treinta puntos en Francia, principalmente en la zona de la Bretaña.
Pues pensándolo bien, en las Rías Baixas se podría practicar este tipo de transporte. Se contribuiría a cuidar el medio ambiente, y crear otras vías de negocio para la gente de la mar. Nacería el movimiento el «Rías Baixas slow transporte».
Ya lo decía Gandhi, en la vida hay algo más importante que incrementar la velocidad.