El club baionés clausuró este martes el séptimo curso que organiza desde que, en 2012, inauguró un proyecto destinado a acercar al mar a personas con discapacidades físicas, psicosociales, cognitivas y sensoriales. Una iniciativa que no ha hecho más que crecer y que en los últimos meses se apuntaba a un nuevo reto, el de acercar al mar a personas afectadas con trastornos graves de conducta.
El Centro de Educación Especial de Panxón, en Nigrán, se sumaba así a la lista de asociaciones que, durante los últimos siete años, han pasado por Baiona para ofrecerles a sus usuarios la posibilidad de poder disfrutar del mar más allá de sus limitaciones. Agrupaciones como el CAPD de Redondela, ASEM Galicia o el Centro Juan María, que esta mañana estuvieron también presentes en el acto de clausura celebrado en el Monte Real.
La conselleira de Política Social de la Xunta de Galicia, Fabiola García, fue la encargada de presidir un evento en el que destacó el trabajo que realiza el Monte Real Club de Yates al aprovechar la riqueza del mar -dijo- para poner en marcha actividades que impulsan la plena integración de las personas con discapacidad. En esta línea, reivindicó que “para hacer de Galicia una comunidad cada día más acogedora con todas y todos, es necesaria la implicación conjunta de entidades sociales, empresas y administraciones públicas”. Asimismo, la conselleira agradeció a los centros y asociaciones participantes en este curso de vela adaptada y felicitó a sus usuarios por demostrar que “no hay barreras si la ilusión y las ganas van por delante”.
Además de la titular autonómica de Política Social, en el acto estuvieron presentes otros miembros de la Xunta de Galicia, la Diputación de Pontevedra o el ayuntamiento de Baiona, habituales apoyos del Monte Real Club de Yates en sus diferentes iniciativas. También varios miembros de Fundación Repsol, principal patrocinador de la Escuela de Vela Adaptada.
El vicepresidente del club, Alejandro Retolaza, les agradeció a todos ellos el haber apoyado a la Escuela de Vela adaptada desde sus inicios, lo que le ha permitido -dijo- “ir creciendo año tras año hasta convertirse en el referente que es hoy en Galicia”. Retolaza hizo extensivo el agradecimiento del Monte Real a los monitores y acompañantes de las distintas asociaciones, a los entrenadores especializados del club, a los patrones y resto de personal que trabaja en la escuela.
Alumnos con movilidad reducida, espectro autista, síndrome de down, problemas neurodegenerativos o neuromusculares son algunos de los beneficiarios y principales destinatarios de los cursos de vela adaptada del Monte Real, que, desde su inauguración hace siete años, incluye actividades tanto teóricas como prácticas.
A las habituales sesiones en aula y salidas a navegar en diferentes tipos de barcos, principalmente Fígaros Beneteau y Gos 16, se le han ido sumando con el paso de los años otro tipo de propuestas como seminarios de vela adaptada, navegaciones en neumáticas con vela o programas de tecnificación para la futura participación en competiciones.
Numerosas mejoras que el Monte Real Club de Yates ha ido introduciendo en los últimos siete años en una escuela de vela que mantiene la misma misión y el mismo objetivo con el que nació: el de ofrecerle a todo aquel que lo desee la posibilidad de navegar y disfrutar del mar en igualdad de condiciones.