Clubes de toda Galicia, desde A Coruña a Baiona pasando por el interior (Club Náutico de Castrelo de Miño), regatistas de todas las rías, campeones del mundo, de Europa, futuros olímpicos… Fue su noche.
La Gala de la Vela Gallega 2020 cumplió con el objetivo marcado, reunir a sus elegidos, disfrutar de setenta minutos de aplausos como antes de la pandemia, pero en esta oportunidad con distancia interpersonal en las gradas del Pabellón Central de As Travesas, mascarillas y sin entregas directas de premio. Daba igual. No fueron todos los que son, porque hubo lógicas ausencias -la climatología no ayudó y había varias competiciones en las costas gallegas-, pero eran todos los que estuvieron. Y fueron muchos.
Tres de los cuatro grandes protagonistas de la vela ligera gallega del futuro, los 420 Martín Wizner, del Náutico de Vigo y que ya ha acabado su etapa en ese barco, y Jacobo García y Toni Ripoll, nuevos campeones de España hace escasas fechas con la grímpola del Náutico de Sanxenxo acudieron al Central. Estos, como mención especial por su trayectoria en 2019 y su plata europea júnior. Aquel porque lo ha ganado todo. Su tripulante, Pedro Ameneiro, se encuentra en Baleares por estudios, y ha sido el cuarto mosquetero de una generación pulida también por Bruno Gago, director técnico del Centro Galego de Vela y por Andrés Álvarez, su entrenador con Galicia. También ellos tuvieron premio. Bruno, arousano, uno de los galardones sorpresa por su trayectoria en el cargo; el buenense, por guiar en cada campeonato a estas perlas. “Empecé a sospechar algo cuando vi a mi familia en la grada”, confesaba Bruno Gago tras recibir el premio sorpresa, último de la noche, con los miembros de la junta directiva de la RFGV, y su presidente a la cabeza, en el escenario aplaudiendo a su DT. Gago agradeció el “trabajo y esfuerzo de los regatistas” y los conminó a “seguir por ese camino”.
En la grada, un ex alcalde de Vilagarcía, Javier Gago, y en las sillas de autoridades, el alcalde de Vigo, Abel Caballero. El regidor entregó varios premios, entre ellos dos muy significados a los mejores regatistas en las clases olímpicas, el 470 Nicolás Rodríguez (recogió su hermano Óscar) y la 49er FX Patricia Suárez, ambos del Real Club Náutico de Vigo. Pero también otro, a los mejores regatistas autonómicos de Snipe, Marcos Míguez y José Ramón Pardo (RCN Coruña), justo el año del sexagésimo aniversario del subcampeonato de Europa de Cholo Armada y Julio Ribó (RCN Vigo) en la clase, un éxito espectacular en aquella época. Y además conseguido en aguas suecas (Landskrona).
Caballero, en su intervención, felicitó al presidente de la Gallega, Manuel Villaverde, por los éxitos internacionales de la flota autonómica e incidió en la “fuerza inexplicable que es enfrentarse al mar y al viento”, además de definir a la Federación Gallega como “una gran organización”. El alcalde dijo que “es extraordinario triunfar y recibir medallas, pero lo que más me gusta es ver la ría llena con cien o doscientos barcos de niños. La conjunción de elite y deporte de base marcan de forma notable”.
La gala, conducida por Terio Carrera, tuvo un histórico coliseo como escenario. As Travesas ha vivido conciertos, citas deportivas de alto nivel, Mundiales… pero nunca en 52 años de historia había podido presumir de un deporte olímpico como la vela. Hasta hoy. Manuel Villaverde, presidente federativo, recordó que el tiempo dictó sentencia e impidió que la entrega fuera en un extraordinario escenario al aire libre, como se había planeado, pero también recordó que “la vela ha sido capaz de levantarse antes que otras modalidades. El mar ha sabido ofrecer este verano sus mejores aguas y vientos para que vela pesada y ligera hayan salido a competir y disfrutar”.
Villaverde se mostró eufórico por los “miles de licencias de escuela y bautismos de mar, estos de récord, logrados en estos últimos meses” y reconoció que uno de los premios de la tarde-noche que más le agradaban era el que se otorgó a la concentración de escuelas de vela, que cada año se celebra en época estival en Castrelo de Miño (Ourense), “un evento que se ha convertido en fantástico exponente de nuestra realidad”. Recogieron el mismo la presidenta del CN Castrelo de Miño, Beatriz Alberte, y su director, Gabriel Fernández.
La vela se acordó de los mejores, por tercer año consecutivo de Pedro Campos y sus proyectos ganadores con el 6M “Bribón Movistar” (recogió el tripulante coruñés Roi Álvarez), pero también de históricos (el ex presidente federativo Francisco Quiroga o el primer campeón gallego de Optimist, José de la Gándara, en 1970). Y también de los clubes: el Real Club Náutico Portosín ganó la Copa Galicia de Cruceros por cuarto año en fila y el real Club Náutico de Sanxenxo ha sido, una vez más, la mejor sociedad del baremo autonómico.
El otro premio que no se había desvelado hasta la fecha fue para “Chuny” Bermúdez y Miguel Vasco, que en 2019 acudieron representando a España en la Star Sailor League, un selectivo mundial de estrellas en el que una tripulación española competía por vez primera.