Lleno total el pasado viernes en la conferencia de Maximino Casares durante le conferencia que impartió en el Liceo Marítimo de Bouzas en Vigo: “La meteorología, una ciencia de difícil pronóstico”; y que muchos aficionados a la náutica deberían de aplicarse para cuando las baterías de a bordo y de los teléfonos inteligentes dejan de funcionar.
Dentro de la complejidad que representa hablar de la predicción meteorológica, Maxi Casares explicó cómo se hacían está predicción hace décadas, como se dice vulgarmente a pelo, a mano, y como ha ido evolucionando hasta nuestros días. Así cómo se puede aplicar esta ciencia a las regatas a vela, en casos determinados como la Copa América y la vuelta al mundo Whitbread.
“Antes era una meteorología más participativa, el factor humano era muy importante. El valor humano que les dan hoy en día a los modelos es nulo, o casi nulo. Ahora los ordenadores hacen el mayor trabajo, pero aun así es muy difícil dar una predicción a diez días
Durante la vuelta al mundo del Galicia 93 Pescanova se hizo un seguimiento desde tierra utilizando el modelo europeo de predicción, un modelo que se utilizaba para investigación, no era de uso público y que fue de mucha utilidad. Y en Copa América, en San Diego, hubo mucho problemas para obtener información, entre otras cosas porque la Marina USA no estaba por la labor de facilitar una información que perjudicase al equipo estadounidense, que era el defensor de la Copa; en Nueva Zelanda fueron todo facilidades, ya teníamos internet; y en Valencia ya disponíamos de muchos más medios que nos permitían conocer las condiciones de viento del campo de regatas cada 10 segundos (intensidad, dirección, temperatura, etc.), y además recabamos información en la red Meteoclimatic…”; comentó Casares.
Maxi Casares recibiendo la metopa del Liceo Marítimo de Bouzas, entregada por su presidente.
Ahora se dispone de mucha información meteorológica elaborada por modelos matemáticos, y de otras fuentes, que llegan al público en general a través de los medios de comunicación, Internet, etc.; pero la observación, tener la capacidad de discernir el comportamiento de las nubes y del mar, en un momento dado es una virtud que proviene de la experiencia y el conocimiento. Algo muy importante en la formación de todo navegante que se precie.
Ya se sabe que sobre el tópico “hay mucho aire”, más bien es “hay mucho viento”; ya que es el aire en movimiento.