El vigués Antonio Pérez, “Tone”, presidente de AsVaurien España, la asociación de la clase internacional Vaurien, espera un gran año para la flota española de esta modalidad y, en especial, para la del Real Club Náutico de Vigo, que por sus continuados éxitos y su aportación a este tradicional e histórico barco de la vela ligera es la mejor flota del mundo.
“Hemos puesto todos los esfuerzos precisamente en captar gente joven, de 13-14 años hasta los 18, para garantizar el relevo, y lo hemos conseguido: en este momento, la mitad de la flota española de Vaurien son Sub-22”, explica el dirigente, también tres veces subcampeón del mundo absoluto (Viana do Castelo 2016, Travemunde 2018 y Le Havre 2023).
Ahora que está prácticamente definido el calendario de regatas de otro año ilusionante (la primera prueba en Galicia será una clasificatoria en el lago artificial de As Pontes, el 3 y 4 de febrero), “Tone” (Vigo, 1990) cree que el futuro de la clase es prometedor. Llegó al cargo en noviembre de 2020 y, tras dejar atrás la pandemia, él y su equipo directivo han logrado rejuvenecer la clase, dotarla de cantera y asegurar así su continuidad frente a los cantos de sirena, por ejemplo, de las clases olímpicas o de modelos con menos historia y tradición que el Vaurien. “Vienen tripulaciones con calidad, que también es importante para que al resto nos aprieten y así suba el nivel de toda la flota”. Orientando esa misma cuestión a los regatistas vigueses, para el campeón del mundo de categoría mixta “una de las claves de la flota viguesa es que siempre ha habido juveniles que apretaban desde atrás; así, los absolutos nunca hemos estado tranquilos y hemos seguido mejorando. Esto es lo que nos ha mantenido competitivos los últimos treinta años”, afirma.
Y es que la leyenda de la flota viguesa se inició hace más de cuarenta años. Primero, con los Andrade (Liceo Marítimo de Bouzas). Después con los regatistas del Náutico. La lista es muy amplia. “Siempre estamos ahí, tenemos cantidad y calidad y siempre vamos a las regatas nacionales e internacionales con opciones serias de medalla”, apunta.
Pablo Cabello y Javier Lago (año 2017, lago Lubie, Gudowo) son los últimos vigueses campeones del mundo absolutos. Pero en todo este tiempo, y también antes, en el podio siempre figura, al menos, un barco con grímpola viguesa. En Travemunde 2018, Tone y Laura Llópiz (subcampeones) y Tirso Cerqueira y Gonzalo Martínez (terceros), estos del Marítimo de Canido; en Colico 2019 Pablo Cabello y Mario Pérez fueron plata; en Vigo 2022, Cabello y Fernández en la tercera plaza del cajón y en Le Havre 2023, Tone y Paloma González fueron plata. Y eso, entre unas 70-80 unidades en función de la edición, tiene gran valor. Este año, el Mundial será en Eslovaquia, en Bobrovnik, y del 13 al 19 de julio competirán en el embalse de Liptovska Mara. El Mundial, rotatorio por países, no volverá a España hasta 2028, salvo que alguna sede renuncie.
Con todo, este año Vigo seguirá siendo referencia organizativa, como ocurrió en 2022 con el Mundial, en 2021 con el Nacional, en 2020 con el Ibérico o en 2019 con la Copa de España. Por la ría viguesa han pasado todas las competiciones oficiales. Y “Tone” quiere que sea el mejor Campeonato de España de la historia. En los tres últimos Laredo 2019, Vigo 2021 y Laredo 2022) una tripulación del Náutico vigués se alzó con el título. De hecho, el patrón fue “Tone” en las tres oportunidades, con Laura Llópiz en las dos primeras y Paloma González el pasado año.
La ría viguesa recibirá a la flota la semana anterior a Semana Santa (27-31 de marzo), con la organización del Real Club Náutico de Vigo.
Y aunque la salud del Vaurien español es excelente, en lo que el presidente de la asociación nacional no oculta su preocupación es en la marcha de la clase a nivel planetario. “En el Mundial de Francia la mayoría de las tripulaciones juveniles eran españolas. ¿Y los demás países? Estamos manteniendo nosotros la categoría, pero ¿qué va a pasar el día de mañana cuando una veintena de máster ya no estén navegando? ¿Va a haber un Mundial con quince barcos?”.
El regatista vigués no lo oculta. El Vaurien español va muy bien, pero la situación es bien distinta a nivel mundial. “Me preocupa bastante y estoy desencantando”. Cierto que lo que ocurra a nivel internacional “no es mi responsabilidad y se supone que hay otros que tienen que definir la estrategia”. Pero la flota española también sabe que el presidente de la clase internacional, el veterano italiano Maurizio Raffaelli está dando desacertados pasos y no logra que la clase crezca. En la flota gallega se le señala porque “todas sus conversaciones son por los Master y Super Máster”, es decir, por los regatistas veteranos. Como si la cantera no existiera. Frente a los 85 barcos que navegaron en el Mundial vigués, al de Francia acudieron 56. Un fracaso. Tal vez porque el transalpino ya está superado por los tiempos.