Volar sobre el agua, a vela o con motor. En los años sesenta se empezó a utilizar embarcaciones comerciales con el sistema «jet-foil», que combina el uso de turbinas de agua los hydrofoils en la carena de la embarcación.
Han pasado muchos años y el uso de los foils se ha implantado en otro tipo de embarcaciones utilizando diferentes sistemas de propulsión. Una de ellas ha sido durante la recién celebrada America´s Cup, en la que los catamaranes de 72 pies de eslora utilizaron foils en las orzas y timones para navegar sobre el mar, alcanzando velocidades nunca vistas en las regatas a vela de alta competición. Y también recientemente la recién celebrada Little America´s Cup de 2013 con los Clase C que fue ganada por Franck Cammas a bordo del Gruopama C, que llevaba foils en las orzas y timones.
En realidad la idea de navegar superando la resistencia del agua utilizando hidroplanos ya barruntaba en las neuronas de ingenieros e inventores del siglo XIX, el francés Emmanuel Denis Facort patentó un sistema en diciembre de 1869. El italiano Enrico Forlanini también fue uno de los pioneros con su proyecto «Leonardo da Vinci» en 1900-1901. Y en 1919 el estadounidense Alexander Graham Bell y Caseys Baldwin lograron que su prototipo HD4 alcanzase la velocidad de 61,5 nudos, record que mantuvieron durante diez años. Y el objetivo sigue en la mente de muchos ingenieros, tanto para usos comerciales, militares o deportivos.
En vela oceánica, el gran precursor del uso de los hydrofoils en las embarcaciones a vela fue Eric Tabarly en los años setenta, que se materializo en 1979 con el trimarán Paul Ricard construido en aluminio. Hubo otros proyectos oceánicos como el Charles Heidsieck IV de Alain Gabay, un diseño de Giles Vaton, pero en la actualidad los más importantes son los caza récords Hydroptere de Alain Thébault, que con 60 pies de eslora ha logrado alcanzar los 50 nudos; el Vestas Sailrocket de Paul Larsen que estableció un registro mundial de 65,45 nudos; y el catamarán suizo Hydros, de 35 pies de eslora, que navega a más de treinta nudos de velocidad.
wFoil 18 Albatros a motor. Digo a motor porque hay dos versiones, con motor o a vela, y dentro de los de motor puede ser de explosión o eléctrico. Por ahora han presentado la opción con motor de explosión que puede navega hasta los 50 nudos de velocidad, pero limitan la velocidad a 30 nudos para la versión comercial.
Casco central de madera, brazos de aluminio, cuatro foils, motor de avión Rotax de 75 kW, como el que llevan las avionetas. Todo ello con una eslora 5,70 metros, manga total 7, 40 metros, peso 350 kilogramos.
La idea de wFoils es: «Construimos barcos que vuelan»; no está nada mal, las imágenes son muy esclarecedoras utilizando lo que conoce como «V-V – foils» utilizando dos pares de foils, a proa y a popa, formando una «V». Hay otros conceptos de hydrofoils, entre ellos el «L-T» que utilizaron los AC 72 (el tipo T para timones y el tipo L para las orzas).
Según wFoils la disposición de los cuatro foils, además de un timón, permite una navegación más estable en torno al eje longitudinal respecto a otro hydroplaneador, incluso cuando se navega con viento y olas. Y con tan solo 5 nudos de velocidad ya navega sobre el agua.
El wFoils 18 es un proyecto con mucho recorrido, y para lograr el total de financiación han creado un modelo particular. Se construirá una serie limitada de doce unidades al precio de 200.000 euros. Digamos que los primeros inversores se llevan el beneficio financiero en especies.