Los resultados electorales del 12-J han puesto de manifiesto por cuarta vez consecutiva que el Partido Popular sigue reinando en Galicia. D. Alberto no deja de ser un político mediocre, pero visto el nivel de su oposición, parece una mezcla de Churchill, Adenauer y Von Metternich(*).
El señor Núñez Feijóo durante la gestión de la época dura de la pandemia se limitó a hacer cosas bastante sensatas, por contraposición a la gestión de ese señor alto inquilino de La Moncloa o del curioso filósofo y a la vez ministro catalán de Sanidad, señor Illa, cuyo resultado en número de víctimas de la Covid-19 se nos va a casi 50.000 muertos. Respecto a este parámetro parece que somos campeones del mundo, por lo que si estuviéramos en un país serio estos dos señores tendrían que dar explicaciones delante de un juez.
Decía que esta gestión de Mr. Feijóo no llamó la atención negativamente y esto lo valoró el electorado. El tema del paritorio de Verín sí ha podido tener un coste en votos y habrá que ver los resultados populares en aquellas comarcas.
De la señora Pontón no se puede decir nada más que ha completado una buena campaña y que ha aupado al Bloque hasta poder liderar la oposición.
Sobre el señor socialista sobrino del alcalde vigués no se podía esperar mucho más, es un poítico muy verde sobre el que hay dudas de que haya sido votado por los miembros de su familia.
De las ‘mareiras a fortes mareiras’ de Unidas Podemos no se tienen noticias porque han sido laminadas durante el 12-J. Mi más sentido pésame a la ministra doña Yolanda Díaz.
Creo que la desaparición de Unidas Podemos del panorama político gallego es una buena noticia para Galicia y para los gallegos. Unidas Podemos no se puede identificar con un partido político, sino que es el jardín donde reina un sultán que predica una cosa y hace la contraria, y que es este momento tiene que dar explicaciones a un juez sobre el poseer la tarjeta del teléfono de una asistente suya.
Abundando sobre el tema hay que decir que Unidas Podemos (sin entrar en sus fuentes de financiación) ha demostrado ser un partido tóxico para la democracia y el estado de derecho. Al poco de existir ha demostrado que está empeñado en destrozar la monarquía, el sistema de Justicia, los medios privados de información y la clase media. No está mal.
Pero volviendo sobre los resultados electorales creo que no se pueden atribuir, como he leído en algún artículo, a que los gallegos seamos muy desconfiados (que lo somos) sino que la ruina del bipartito de Touriño/Quintana fue tan ostensible que los gallegos se aún acuerdan de aquella mala época gracias a tener buena memoria y prefieren lo malo conocido a un ‘gobierno de progreso’.
Sobre este término de ‘gobierno de progreso’ quería hacer un alto. Toda la agit-prop socialista trabaja siempre para identificar sus gobiernos de izquierda con el término ‘progreso’.
Hablando de gobiernos de progreso quería acordarme de Felipe González, o más bien habría que decir Felipe ‘Mr. X’ González, porque (presuntamente) fue el promotor intelectual de la banda paramilitar terrorista del GAL, según lo dijo la prensa nacional en su día. Esto de organizar bandas de terrorismo de Estado por lo visto se iguala con el ‘progreso’. Muy curioso.
Pero en las dos últimas legislaturas del señor X, perdón, quería decir González, la corrupción se podría decir que era puntual, porque puntualmente a las 8 de la mañana de cada día saltaba un gran escándalo de dinero desaparecido que tapaba el del día anterior. Esos fondos cambiados de sitio también dicen que significa ‘progreso’, quizá no sea progreso para el pueblo pero hubo socialistas que ‘progresaron’ desde un piso modesto a un ‘estentóreo’ casoplón.
Como no hay más que ver los 40 años de ‘progreso’ en la Andalucía socialista cómo han acabado, con la región en los últimos lugares de los rankings económicos, con dos expresidentes en el banquillo y decenas de casos donde el ‘progreso’ hizo que dinero público pasara a manos privadas socialistas y en cantidades no menores.
Así que la moraleja, queridos lectores, es que cuando escuchen a un político hablar de ‘gobierno de progreso’, Vds deben inmediatamente cambiar el chip y relacionarlo con ruina económica, ingeniera social sobre la juventud, menos libertad, manipulación mediática y en muchos casos, corrupción. Fin de la cita.
(*) Para los damnificados de la Logse:
Winston Churchill, primer ministro británico que hizo que el Reino Unido no se viniera abajo y saliera vencedor de la II Guerra Mundial.
Konrad Adenauer, canciller de la Alemania Occidental después de 1945 y que edificó un país sobre unas ruinas humeantes en menos de dos décadas.
Klemens Von Metternich, ministro de AA. EE. del Imperio Austríaco durante 27 años.