El fallecimiento de Ceferino de Blas, cronista oficial de la ciudad de Vigo, deja abierta la puerta a un nuevo nombramiento. La lista de cronistas oficiales comenzó con José Espinosa y le siguieron figuras como Nicolás Taboada Fernández -hijo de Nicolás Taboada Leal- y Xosé María Álvarez Blázquez. A partir del año 2017, Ceferino de Blas sucedió en el cargo a Lalo Vázquez Gil, fallecido meses antes de su nombramiento.
El nombramiento del cronista de la ciudad de Vigo es potestad del alcalde, sin embargo, como vigués, me gustaría sugerir dos posibilidades que en mi opinión reúnen amplios méritos, además de la condición de vigueses.
Por una parte, Eduardo Rolland, periodista volcado en la historia de la ciudad de Vigo, además de especialista en la figura de Julio Verne y su relación con la ciudad, con una participación activa en programas de la Cadena Ser contando anécdotas de la vida viguesa, y con numerosos libros publicados e incontables contribuciones periodísticas.
Por otra parte, y no menos meritorio, Antonio Giráldez Lomba, profesor de historia, miembro fundador del Instituto de Estudio Vigueses, con numerosas, importantes e interesantes obras publicadas sobre la historia de la ciudad de Vigo. Persona erudita y con grandes dotes didácticas, brillante conferenciante y autor de numerosos trabajos periodísticos vinculados con la ciudad de Vigo.
Ambos tienen la madurez suficiente para abordar el cargo de un modo muy digno y eficiente, y no me cabe ninguna duda de que llevarían siempre a la ciudad de Vigo como bandera de sus investigaciones y que resultarían excelentes cronistas de la ciudad.