Como Abrir Vigo al Mar, la decisión de no trasladar algunas facultades al casco urbano de la ciudad puede convertirse en otro de esos magníficos trenes que, incomprensiblemente, nuestra urbe suele perder con demasiada frecuencia. Como el Plan Palacios. Como tantos y tantos proyectos. No obstante, aún estamos a tiempo de salvarnos de tamaño descalabro.
No se trata de desmantelar la Universidad, que se creó en Lagoas-Marcosende con la ventaja de que allí podía crecer con facilidad; sino de trasladar varias titulaciones al centro urbano, concretamente a López Mora y a la ETEA. Es más que coherente que Ciencias del Mar pase a formar parte del Campus del Mar, ideado por la Universidad y que tantas zancadillas ha recibido ya. Por otro lado, fijar otra facultad ya existente o una nueva titulación al edificio de López Mora, propiedad de Zona Franca, semeja una opción natural como complemento a las facultades de Comercio e Industriales del campus de Torrecedeira. En este sentido, un edificio de López Mora será sede del Laboratorio de Fotónica que van a crear la Universidad y Zona Franca, y a pocos metros se va a edificar la Biblioteca Pública del Estado, que rezumará actividad entre los jóvenes universitarios.
Pensemos que es algo enriquecedor, no destructor de nada ni de nadie: consiste en imbricar a la Universidad en la ciudad. De hecho, el traslado al centro es algo consustancial a nuestra Universidad. El mismo Rectorado estuvo muchos años en el centro y en un edificio emblemático, buscando precisamente esas sinergias con la sociedad. Lo mismo se persigue con la nueva sede universitaria en un edificio recién restaurado en el Berbés.
Aparte de los centros mencionados, en Vigo mismo convive Enfermería en Povisa; y me atrevo a sugerir que debería solicitarse ya la facultad de Medicina, históricamente tan demandada, para que se instalase junto al Hospital Álvaro Cunqueiro, donde conviviría con Ingeniería Biomédica, en buena lógica. En este mismo hospital se forman alumnos MIR y también se doctoran alumnos de Tercer Ciclo. Como la Escuela de Magisterio, cuyas docencia y sede residen en el Seminario Mayor de Vigo, en la Avda, de Madrid. Asimismo, en la ciudad coexisten titulaciones superiores de Enseñanzas Especiales, como el Conservatorio Superior de Música o la Escuela Superior de Arte Dramático.
No olvidemos tampoco que la universidad privada de Abanca es un proyecto imparable y va a tener una sede en Vigo; un campus pujante y con muchos medios, que competirá con nuestra Universidad en muchos aspectos y estará en una zona emblemática de la ciudad. Por algo será.
De igual modo, hay que considerar la revolución que está suponiendo la nueva FP y sus ambiciosos ciclos superiores, compatibles incluso con la posgraduación y ligados más que nunca a la empresa. No sería de extrañar que algunos de estos títulos tuviesen, por ejemplo, docencia en PSA-Citroën, como la misma futura Ingeniería de la Automoción. En este sentido, creo que aún no es tarde para poner en marcha en Vigo el Campus de FP que, en su momento, la Xunta propuso para la ciudad.
Lo mismo ocurre con la nueva sede de la UNED en el Auditorio Mar de Vigo, donde existen docencia y tutorías de un buen puñado de carreras. Yo mismo propongo desde aquí que se trabaje para que Vigo sea sede también de la universidad de verano de la UIMP (Universidad Internacional Menéndez Pelayo).
Pero es que la Universidad está constatando una pérdida progresiva de alumnado y el Rector advirtió que el campus de Vigo es el que genera menos entusiasmo y expectativas de todos los campus de Galicia. Considero que, al menos en parte, se debe a la escasa multidisciplinariedad de sus títulos y a la falta de ambición para captar nuevas carreras interesantes. Ya habrá tiempo para corregir estos hándicaps y pedir responsabilidades a quien las tuviere. Esta merma de alumnos podría corregirse en parte con el establecimiento de más centros en la ciudad, así como fijando en el casco urbano las nuevas titulaciones que se crearan.
Estas medidas estarían haciendo ciudad, algo que Vigo necesita como el comer, dada su condición de ciudad que no es capital de provincia ni de comunidad autónoma; lo cual en España hoy se paga muy caro, incluso dentro de la misma Galicia, donde no tenemos peso político y de decisión y sí una invisibilidad evidente; lo cual se traduce en descohesión y pérdida constante de oportunidades. Como esta de la que tratamos.
Mucho me temo que este traslado parcial y de mínimos supone una tendencia tan evidente que creo que, antes o después se va a imponer de forma natural. La actual universidad quedará donde está, con la ventaja de que se puede ampliar para ubicar ambiciosos centros científicos y tecnológicos de investigación e innovación, así como empresas de esos mismos sectores.
En definitiva, que al fin y al cabo estamos hablando más que nada de una cuestión de Participación Ciudadana y de generosidad con nuestra ciudad y con la juventud. Ver y comprobar el bullir del alumnado por nuestras calles, su dinamismo, su entusiasmo. Los mismos egresados y alumnos de bachillerato apuestan por una oportunidad académica en el meollo de nuestra urbe. Es por esto que hacen falta más bibliotecas o laboratorios universitarios en zonas céntricas de la ciudad. Y también se trata de una oportunidad para el profesorado, cuyo concurso y presencia sería una riqueza notoria para Vigo, hacia la cual demasiados colectivos importantes viven de espaldas.
Finalmente, solicito la intervención prudente y ponderada de Xunta y Alcaldía, que tanto tienen que ver con el discurrir y la evolución de la Universidad de Vigo, para que se reconsideren las posturas adoptadas. Y, sobre todo, un ejercicio de generosidad hacia la sociedad de Vigo y de Galicia. Marcelino López. Vigo.