Pocas personas saben que los cañones de marca británica Vickers (Vickers Limited) ubicados en cabo Silleiro, en las proximidades de Baiona (Pontevedra), formaban parte de un barco de guerra que se hundió en 1923 al embarrancar en unas rocas frente a Melilla; era el llamado acorazado España.
Los cañones se recuperaron y se trasladaron hasta cabo Silleiro, formando parte de un conjunto que trataba de defender una de las entradas de la ría de Vigo, aunque jamás tuvieron la necesidad de disparar. Además de instalar los cañones se construyó —y todavía existe— una red de túneles de unos doscientos metros por los que se transportaban las municiones en vagonetas desde el polvorín subterráneo.
El conjunto militar, denominado Batería J4 y con alcance de 16 kilómetros —distancia ridícula hoy en día desde el punto de vista militar—, se completó con otros cañones y en los años cuarenta del pasado siglo veinte se realizaron obras de acondicionamiento para el alojamiento de los soldados, la oficialía, la zona de servicios, etc.
La zona militar, ubicada junto al faro y conocida como Regimiento de Costa, estuvo operativa durante más de cincuenta años y actualmente está cerrada al público a pesar de que los militares abandonaron el lugar en 1998. A pesar de la prohibición de acceso, las instalaciones de cabo Silleiro siguen siendo visitadas por muchas personas que desconocen o frivolizan los peligros que encierra. Mientras tanto, el conjunto de cabo Silleiro continúa a la espera de la puesta en marcha de un plan de musealización, algo que constituiría un importante recurso turístico para Baiona y su entorno.