La pandemia del Covid19 ha cambiado muchos aspectos de nuestro estilo de vida, incluso algunas de nuestras costumbres más arraigadas. También ha favorecido que el personal sanitario sea considerado por la población con el mérito que le corresponde, sobre todo, aquellos profesionales que han estado en primera linea. Sería muy positivo que esa misma consideración la tuviera la propia administración. En su momento, en legislaturas anteriores, lo cual hay que dejar muy claro, hubo grandes recortes cuyas consecuencias aún se están pagando ahora. Además de todo esto, el Covid-19 ha hecho aflorar muchas diferencias de tipo ideológico. Así, muchas ventanas y balcones se han engalanado con la bandera de España, pero como un símbolo político más que patriótico, porque igual de patriotas son todos los ciudadanos que quieran sentirse como tales.
La bandera de España es de todo el pueblo español y de nadie en particular, y mucho menos de ningún partido político en concreto, una apropiación indebida que en otros países resulta incomprensible, pues allí se considera la bandera nacional como un símbolo de todos. Está muy claro que esa apropiación indebida crea grandes rechazos y la derecha española tiene la culpa. Debemos admitir que el espíritu del franquismo sigue vigente al cabo de varias décadas de la desaparición de Francisco Franco. Sin embargo, en mi opinión, también siguen vigentes antiguas y legítimas reivindicaciones que merecen el mismo respeto democrático, como la República, y para muestra esta fotografía en la que se observa la bandera republicana en un balcón de una céntrica calle de la ciudad de Vigo.