La depresión es uno de los trastornos de salud mental más comunes a nivel global. Una enfermedad sigilosa que no hace distinción de edad, sexo o posición social. Según las Organización Mundial de la Salud (OMS), alrededor de 280 millones de personas padecen depresión. Además, cada año más de 700.000 personas terminan en suicidio, convirtiéndose en la cuarta causa de muerte entre jóvenes de entre los 15 y 29 años.
La enfermedad se presenta de muchas formas. Hay varios tipos de trastornos depresivos que, a su vez, pueden estar asociados a otras patologías psicológicas. De la misma forma, cada persona la vive de distinta manera y es necesario un trato personalizado y diferente. Pero lo que está claro, es que todas las personas que la padecen entran en un estado de pesimismo crónico que se instala en la mente y en el cuerpo —la sonrisa muere y la mirada se vuelve apagada y afligida todo el tiempo—; cuyo alivio, en la mayoría de los casos, resulta muy difícil.
Aunque los tratamientos convencionales y la terapia psicológica siguen siendo primordiales, los datos anuncian que más del 75% de las personas en países de ingresos bajos y medianos no reciben la atención adecuada. Un nuevo estudio sugiere que algo tan sencillo como es el hecho de caminar podría ser una herramienta poderosa para combatir la depresión.
El metaanálisis publicado en JAMA Network Open analizó 33 estudios que involucraron a más de 96.000 adultos. Los resultados asocian que un aumento de pasos diarios puede reducir los síntomas de depresión en un 9%. Los investigadores aseguran que caminar regularmente promueve la liberación de endorfinas y serotonina; por lo tanto, mejora el estado de ánimo y fomenta una mayor sensación de bienestar.
Caminar es un hábito sencillo y efectivo que podría proporcionar resultados significativos. No se trata de alcanzar grandes metas, sino de incorporar más movimiento en la rutina diaria. Por ejemplo, para trayectos cortos, sería una buena opción caminar en lugar de conducir o coger el transporte público; programar paseos regulares después de las comidas o antes del inicio de la jornada laboral, reemplazar el ascensor por las escaleras y/o utilizar aplicaciones de seguimiento para fijar metas diarias.
Además, caminar no solo mejora la depresión, sino que puede prevenir enfermedades cardiovasculares. Incorporar este hábito tan sencillo en nuestro día a día sería una de las formas más agradecidas de cuidar nuestra salud mental y física. El comenzar con pequeños pasos diarios, podría llevar a resultados grandiosos en el bienestar emocional y calidad de vida.