En este momento, al poco de iniciarse la segunda vuelta, con Antonio Mohamed ya destituido y Miguel Cardoso en el alambre, podemos ver que la elección de entrenador esta temporada no ha sido muy lucida. Pero es que en la pasada cuando el equipo fue dirigido (?) por Juan Carlos Unzué el club tampoco acertó.
Si hacemos un análisis de los entrenadores fichados en la época Mouriño el balance es bastante desalentador. Comenzamos por Hristo Stoichkov, gran jugador y sin ninguna experiencia en los banquillos que duró un suspiro.
La lista continúa con López Caro, Antonio López, Alejandro Menéndez o Pepe Murcia. El éxito de todos ellos fue manifiestamente mejorable.
Hubo a partir de ahí un repunte con Eusebio Sacristán que le dio un aire a la cantera celeste, y a continuación llegó Paco Herrera, con un breve paso por el banquillo de Abel Resino que consiguió que el equipo no cayera en el pozo de Segunda.
En la temporada 2013-14 Luis Enrique se sienta en el banquillo de Balaídos jugando el equipo una gran segunda vuelta. La continuidad del asturiano (con contrato en vigor) se quiebra porque el Barça lo pretende y Mouriño no pone grandes obstáculos al permitir su marcha.
Ya nos ponemos en la temporada 2014-15 y el banquillo céltico es ocupado por un antiguo jugador argentino que dejó una gran imagen en el club, Eduardo Berizzo, que se afianza como entrenador celeste y en su tercera temporada consigue llegar a semifinales de Copa del Rey y de Liga Europa (antes Copa de la UEFA).
Al acabar esa temporada creo que es cuando, a mi entender, Carlos Mouriño se equivoca gravemente. Comienza la negociación con el Toto y el ambiente se nota caldeado.
Eduardo Berizzo pretende una subida de emolumentos para él y para su equipo técnico, algo bastante lógico con la temporada realizada. Pretende también que su voz se tenga en cuenta en las incorporaciones del equipo, una cosa que cualquiera evaluaría como sensata.
La respuesta de la cúpula del club es ‘no’ al aumento de salario de los técnicos ayudantes y se mantiene en que los fichaje son cosa del club. Berizzo comienza a ver la cosa oscura y la termina de ver negra cuando se filtra que la directiva céltica está dividida sobre la continuidad del argentino.
Al fin la negociación se rompe y don Eduardo termina entrenando al Sevilla. A partir de ahí llegan Juan Carlos Unzué sin experiencia como primer técnico, el exótico Antonio Mohamed ya de vuelta en el continente americano, y en la actualidad el portugués Miguel Cardoso, con el equipo ocupando zona de descenso.
De todo esto se podría deducir que Eduardo Berizzo, con tres temporadas en el club estaba hecho al equipo y después de su marcha, ni el argentino ni el RC Celta han hecho nada destacable por separado.
En la actualidad, el presidente celeste en la parte deportiva tiene al equipo en una situación muy delicada. En el aspecto institucional está gravemente enfrentado con el alcalde Abel Caballero y el futuro de su ciudad deportiva en Mos tampoco está muy claro.
Es posible que don Carlos Mouriño debiera detenerse, reflexionar algunos minutos sobre su trayectoria en el club, a continuación darle al botón de reiniciar y comenzar una nueva etapa.