Pude acudir hace pocas fechas a la presentación del libro del periodista Perfecto Conde «Carlos Núñez. O Comunista que non foi gaiteiro», en el auditorio del MARCO vigués.
Tengo que decir que se me hizo corto el acto porque fue realmente interesante, por las tres exposiciones, la de Alonso Montero que presentaba el acto, la del autor del libro Perfecto Conde y la del protagonista del mismo.
Xesús Alonso Montero (que prologaba el libro) hizo de presentador del acto además de glosar la figura de Carlos Núñez. Pero además de hablar de Carlos no quiso olvidarse de la figura de su padre, Albino Núñez, que fue un maestro republicano represaliado una vez acabada la guerra civil y que tenia una grandísima vocación docente. Alonso Montero nos habló de las comidas en casa de Albino Núñez, cuando Carlos era pequeño, en las que compartían mesa con Carlos Marx y Federico Engels, porque D. Albino les hablaba de ellos y de su obra a su familia.
Don Xesús nos siguió contando que, Carlos, con esa formación inicial es lógico que cuando contaba 17 primaveras le concedieran una beca de tres años para formarse en la Unión Soviética. Estos estudios estaban dirigidos a futuros líderes comunistas de todo el mundo. Allí en Moscú, un jovencísimo Carlos Núñez aprendió ruso y se terminó de formar políticamente en las bases del marxismo. Cuando acabó este periodo estuvo unos años exiliado en Francia, desde la que se desplazaba por toda Europa, occidental y detrás del Telón de Acero para contactar con líderes comunistas de los distintos países.
Fue muy buena la charla de Alonso Montero a sus 96 primaveras muy bien llevadas.
La segunda intervención corrió a cargo de Perfecto Conde, periodista compostelano y autor del libro que nos contó cómo fueron las conversaciones con Carlos, donde en ocasiones hubo una cierta tensión entre ambos, un cierto tira y afloja, porque según Conde Carlos tiene un fuerte carácter y a veces lo hace aflorar.
Hizo mención Conde a su querencia por Vigo, que fue una ciudad siempre de su agrado. Dijo, «sin querer hacer un chiste fácil», que «Vigo era una ciudad con luz», debido a los intelectuales, a los escritores, periodistas o pintores que adornaban la cultura viguesa desde que él era joven.
Obviamente Carlos Núñez fue el último en intervenir. Nos relató cómo era su vida contra la dictadura franquista, manejando hasta siete identidades en la clandestinidad, trabajando para su partido, el Partido Comunista de España, lo que le reportó periodos de cárcel y palizas de la policia franquista, y las penurias pasadas con sus compañeros represaliados.
Aludió Carlos a su etapa como encriptador de mensajes para que las fuerzas del orden no detectaran los textos entre compañeros de partido. Y presumió de la calidad de los pasaportes que elaboraban para que todos ellos pudieran moverse y que nunca fueron detectados como falsos. Hizo especial mención a la huelga del naval de Vigo en 1972, cuando desde nuestra ciudad se hizo frente durante quince dias a todo el aparato represor del régimen, hasta que la huelga fue desconvocada.
En fin, Carlos Núñez finalizó hablando de su relación con Santiago Carrillo y de cuando terminaron, políticamente, tomando diferentes caminos. Pero Carlos confesó que si volviera a nacer recorrería la misma senda porque no ha cambiado su forma de pensar, que siempre ha sido la propuesta por los comensales invocados por su padre Albino cuando estaban comiendo en la mesa familiar.