Es notoria la gran competencia de los aeropuertos existentes en las cercanías del aeropuerto de Peinador, en Vigo, como es el caso del Aeropuerto Rosalía de Castro, en Santiago de Compostela, antes conocido como Aeropuerto de Lavacolla y a una distancia de unos noventa kilómetros; el Aeropuerto de A Coruña, antes conocido como Aeropuerto de Alvedro, a ciento sesenta kilómetros de Vigo; y el Aeroporto Francisco Sá Carneiro, en Oporto, también conocido como Aeroporto de Pedras Rubras, que tiene una oferta realmente abrumadora y que está a ciento cincuenta kilómetros de la ciudad olívica. Así todo, el de Peinador ofrece interesantes conexiones aéreas y no sólo son para viajeros, sino también para mercancías de su tejido industrial, y quizá ese sea el gran futuro del aeropuerto vigués.
En cuanto a vuelos de pasajeros, la compañía Ryanair se encarga de enlazar Peinador con el aeropuerto de Stansted, a una hora del centro de Londres por carretera y, aunque esta linea no está operativa todos los días, el servicio tiene buena acogida para ambos destinos. Precisamente, esta fotografía ha sido tomada en la última semana de septiembre por Jaime Alonso, un lector de VigoE cuando el avión que lo trasladaba a Peinador sobrevolaba la ría de Vigo.
En el aeropuerto de Vigo se echan en falta algunos trayectos muy demandados, como la conexión con París y con otras grandes ciudades europeas, servicios que, por su carencia, el público los sustituye con las ofertas de otros aeropuertos, principalmente con el de Oporto. Es evidente que en el entorno de la ciudad de Vigo existen muchas alternativas —algunas de ellas incentivadas con dinero público de diferente procedencia—, sin embargo, no se debe obviar que lo que prevalece a la hora de comprar un billete es la comodidad de la distancia a casa, el precio del viaje y la frecuencia de la conexión aérea, variables de una compleja ecuación que no termina de resolverse al gusto de todos.