Confesor Go es la innovadora app que permite el acceso electrónico al perdón de los pecados de los católicos arrepentidos. Cualquier falta, vicio, acto impío, pecado venial o capital podrá ser condonado -perdón por la expresión en este contexto- in situ, a pocos metros del cuerpo del delito religiosamente hablando. A través de esta herramienta, el pecador que, tras haber disfrutado pecaminosamente de su vileza, quiera expiar su culpa, podrá acceder a los servicios de un sacerdote a domicilio que, geolocalizando su posición, llevará hasta el penitente la gracia divina y -en su caso- el perdón y la penitencia.
La mayor novedad de este servicio premium ofrecido por la Iglesia es el desplazamiento inmediato de un pater al lugar donde le necesiten los feligreses, a quienes llevará la palabra de Dios y su consuelo con todo los medios de una infraestructura secular, incluso en scooter, en cuya maleta trasera podrían transportarse las hostias consagradas, de masa normal o fina. Aunque la aplicación no cambia en absoluto la relación habitual del Creador con sus hijos, que conoce de sobra la naturaleza pecadora humana y sus acciones en tiempo real o streaming, supone sin embargo un complemento extraordinario en su ya de por sí completa cartera de servicios. El sacramento de la penitencia y reconciliación deberá recoger ahora un apartado 4 bis: «penitencia electrónica».
Si la religión católica era ya la más cómoda, por su práctico y poco burocrático procedimiento para la inclusión en su comunidad -incluso en el último suspiro de la vida- ahora se convierte también en la más eficiente con esta innovación en su sistema de perdón de los pecados, que garantiza su inmediatez. Las puertas del cielo nunca estuvieron tan cerca, abiertas veinticuatro horas gracias a la religión electrónica católica.
Lástima que la Justicia terrenal no pueda contar con una aplicación similar para descongestionar la precaria Administración Judicial, cuya insuficiente atención por parte de los poderes públicos nos condena muchas veces a un servicio público esencial lento y poco eficaz, especialmente en ciertas jurisdicciones. Aunque es normal que la Iglesia Católica vaya por delante, puesto que la primera Justicia fue la divina, es imprescindible proporcionar los recursos humanos y materiales necesarios para un correcto funcionamiento de este Poder fundamental del Estado. Se imponen herramientas como el expediente digital y la racionalización del trabajo y las estructuras jurisdiccionales, que pasan necesariamente por un Pacto de Estado, tal y como reivindican los operadores jurídicos. Cuando todavía nos cuesta creer la existencia de Confesor Go en nuestra Play Store, Justice Rapp Id puede estar a la vuelta de la esquina. Haría las delicias del Juez Dredd.