En la ciudad de Vigo de los años sesenta, en incluso en los setenta, el tren aún llegaba hasta el puerto. De ello dan buena cuenta estos restos de vías que todavía quedan visibles en el entorno del Club Náutico y que pueden observarse en la fotografía.
El tren conectaba con el puerto a través Guixar y también a través de un túnel que aún discurre bajo la Avenida García Barbón desde la Rúa Alfonso XIII hasta lo que actualmente es la Rúa Rosalía de Castro, en su intersección con la Rúa República Argentina; muchas personas todavía lo recuerdan. Luego, cuando se desarrolló la urbanización del entorno de la Rúa Rosalía de Castro, el túnel quedó tapiado y, anecdóticamente, con un coche Mercedes en el interior de una de sus bocas. La posterior construcción del aparcamiento subterráneo de la Avenida García Barbón lo dejó lindante tras una de las paredes. E incluso el garaje privado de un edificio de la zona utiliza parte de aquel túnel ferroviario que aún sigue abierto por su entrada de la Rúa Alfonso XIII, oculta bajo la autopista.
En aquellos años el tren sí llegaba al puerto. Allí había una pequeña estación de tren a la entrada de la Estación Marítima, pensada para los pasajeros de los barcos transoceánicos, pero nunca llegó a funcionar como tal. Las vías, por su parte, recorrían el puerto pesquero e incluso el muelle de trasatlánticos, donde los trenes recogían y llevaban mercancías que se manejaban con lo que entonces eran enormes grúas que movían el contenido de las bodegas de los barcos. Pero los tiempos van cambiando y el tren se ha ido alejando.
Curiosamente, el puerto de Leixões, en Portugal, el de mayor competencia para el de Vigo, dispone de todo tipo de conexiones portuarias: autopista, aeropuerto en sus proximidades, metro ligero e incluso ferrocarril. Estamos perdidos.